Carlos explora esa llanura invertebrada donde Asturias aún tiene pulso

ASTURIANOS EN SIERO: Carlos González Cuesta

Julián Rus

Eduardo Lagar

Eduardo Lagar

Carlos González Cuesta Profesor jubilado de Geografía e Historia, exdirector del Instituto Escultor Juan de Villanueva de Pola de Siero. Carlos González es el autor de las guías de Siero y Noreña editadas por el RIDEA

Carlos González Cuesta es noreñense de nacimiento y vecino de Pola de Siero desde 1968. Licenciado en Filosofía y Letras, fue profesor de Geografía e Historia y director del Instituto Escultor Juan de Villanueva de la Pola. Es coautor de las guías de Siero y Noreña editadas por el Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA). Se jubiló en 2018. Esta es su visión de Siero y de los retos de futuro de un municipio emergente, el cuarto más poblado de Asturias y el segundo que más ha crecido este siglo en ese puñado de concejos del centro regional que se mantienen relativamente a salvo del declive demográfico regional generalizado.

El gran salto

"Siero es uno de los municipios más extensos de Asturias y goza de un territorio privilegiado. Está situado en la depresión prelitoral de la cuenca central asturiana, en la planicie de Siero y Llanera. Un lugar habitado desde la antigüedad y muy apto para la agricultura y la vida aldeana, y en cuyo espacio se desarrollaron importantes vías de comunicación e infraestructuras y surgieron núcleos de población como La Pola, capital administrativa y centro comarcal, comercial y de servicios, y otras entidades de población como Lugones, El Berrón, Colloto, Lieres o Carbayín, que crecen en torno a actividades como las industriales y mineras".

"En Siero se han producido grandes transformaciones en los últimos cincuenta años. Por una parte, ha disminuido mucho la actividad agrícola y ganadera y decaído totalmente la actividad minera, dos actividades hasta hace poco muy relevantes en la vida económica del concejo. Pero, por otra, ha crecido extraordinariamente el sector servicios y se han creado polígonos industriales con empresas destinadas a actividades productivas, de distribución o de servicios; algunas, grandes empresas, dedicadas al transporte o la logística como Casintra y Amazon, al alquiler de maquinaria, como Grúas el Roxu y GAM, o a la producción agroalimentaria, como la Central Lechera Asturiana y Chocolates del Norte (La Cibeles)".

Siero invertebrado

"El concejo tiene mucho dinamismo y se ha convertido en uno de los más importantes de Asturias. La población ha tenido un notable incremento en los últimos años y las solicitudes de licencias para la construcción de viviendas van en aumento. Pero Siero es un territorio muy complicado de gestionar. Se trata de un concejo extenso, muy diverso y poco vertebrado, con gentes procedentes de lugares muy distintos y sin apenas relación entre sí; un territorio difícil de integrar".

"Las parroquias rurales de tradición minera, Lieres y Carbayín, y las situadas en las zonas próximas a las montañas, al norte y sur del concejo, viven momentos de crisis, como La Collá, Muñó, Limanes o La Paranza... Mientras, los núcleos de población más importantes tienen una evolución muy diferente, pero están bastante dispersos y mal conectados entre sí. En los dos ejes del concejo, los dos núcleos urbanos más poblados, La Pola y Lugones –a cuyo eje se incorporó la urbanización de La Fresneda desde los años 90 del pasado siglo XX–, también viven alejados entre sí, mal comunicados y con muchos años de historia detrás de incomunicación e indiferencia".

"En los últimos tiempos, posiblemente atraídas por la proximidad a la capital y a las ventajas que ofrece la geografía, las actividades económicas y el crecimiento urbano se han trasladado a la zona occidental del concejo, a los límites con Llanera y Oviedo".

"Luego Siero tiene una peculiaridad que no la tiene ningún otro concejo asturiano. Incluye, casi íntegramente, al municipio de Noreña dentro de sus límites y cuenta con dos núcleos muy próximos, Noreña y El Berrón, con intereses comunes y con un flujo de población considerable, especialmente entre los jóvenes. Esta circunstancia, origina que las administraciones municipales compartan algunos servicios y sobre todo que los vecinos de uno y otro lado utilicen determinados instalaciones, equipamientos, infraestructuras o servicios. Por ejemplo, hay muchos alumnos de Siero que estudian en Noreña. Y al revés, gente de Noreña que utiliza equipamientos, servicios e instalaciones de Siero, como colegios, piscinas municipales o polideportivos. Los ayuntamientos deben de estudiar cómo pueden beneficiarse los vecinos de ambas localidades y de otras parroquias limítrofes de esas interacciones mutuas y resolver los conflictos que surjan. Conflictos derivados de la gestión común de servicios, la creación de infraestructuras, la planificación urbana, el saneamiento, la seguridad e incluso las fiestas… Y, por supuesto, negociar los conflictos derivados de las actuaciones en los lindes de los municipios, como ocurrió recientemente con motivo de la construcción de la rotonda de El Berrón (los ayuntamientos acudieron a los tribunales por un problema de lindes)".

"Desde mi punto de vista, Siero cuenta con algunas zonas relativamente pobladas en donde también conviene coordinar estas políticas entre administraciones para prevenir o resolver esos posibles conflictos".

"Además del espacio de la zona centro, de la conexión entre El Berrón y Noreña, parece imprescindible la coordinación de la acción política en la zona oeste del municipio, en el eje Siero-Llanera-Oviedo, que incluye La Fresneda-Viella-Lugones, y la zona de Parque Principado y Colloto, un lugar que se reparten los concejos de Siero y Oviedo".

"Y, por último, en las parroquias de Carbayín y Lieres, territorios mineros situados en el otro extremo del municipio, en los límites de Siero con Langreo y Nava, con características singulares y muy específicas".

La Pola

"Cuando yo fui a vivir a La Pola, en 1968, había una cierta rivalidad entre Noreña y La Pola. Hay rivalidad cuando existe una cierta igualdad entre dos sitios, entre dos grupos, equipos, o instituciones. Y así era hasta esa época. Pero la igualdad se rompió a favor de Pola de Siero. Hubo un crecimiento importante, primero en los años 80 y luego con el boom de la construcción de principios de la década de los 2000. Hoy La Pola duplica la población de Noreña, mientras que en los años 60 la diferencia no llegaba a los quinientos o mil habitantes".

"Una de las ventajas de La Pola fue que dispuso de un plan de ordenación urbana elaborado en los años veinte del pasado siglo. En dicho plan se diseñaban el ensanche y los barrios sobre los que iba a crecer la villa; sobre todo hacia el Sur, al otro lado de la antigua carretera general, hacia la zona de La Isla, el entorno del Juzgado y los centros escolares. Esa zona se desarrolló mucho en los años ochenta y noventa. También creció la parte de La Pola orientada al Este, por las calles Hermanos Felgueroso, Torrevieja, Ángel Embil, etcétera. El crecimiento de la villa fue rápido, a la vez que las vías de comunicación más importantes se van desplazando hacia el Sur".

"No soy capaz de hacer una valoración exacta de cuál fue el impacto de la autovía en La Pola. En principio, supone que es una ventaja porque nos conecta con el centro de Asturias y Europa; también pudo atraer a la villa a nuevos vecinos, aunque no trabajen en La Pola, y convertirla en centro de ocio durante los años de la ‘movida’. Pero me resulta más difícil valorar algunos aspectos negativos. ¿Qué impacto tuvo en algunos negocios? o ¿cómo influyó en el carácter de la villa como centro comarcal? Creo que en este aspecto tuvo más que ver el fenómeno de la crisis del mundo rural y de la minería, a la que se dedicaba esta parte del concejo".

Tráfico y urbanismo

"La Pola, como capital administrativa, dispone hoy de buenos equipamientos. Sigue desarrollando su función de centro comarcal y de servicios; dispone de Juzgado, institutos, centros de salud, instalaciones deportivas. Es un lugar bastante habitable y está muy próxima al centro de Asturias. Aunque pienso que en su crecimiento se pudo aprovechar mejor el planeamiento original, construyendo avenidas más amplias y espacios más abiertos. Ese aspecto urbanístico queda pendiente. También la rehabilitación del casco histórico, bastante deteriorado en los últimos años. Entiendo que estas zonas son difíciles de restaurar, pero creo que hay que dar facilidades a los vecinos para que puedan hacer alguna mejora y les resulte rentable la inversión en esas reformas. También que puedan aprovechar de otra forma los bajos de los edificios, muchos dedicados hasta ahora a negocios relacionados con el ocio nocturno. Si no, puede que se pierdan algunas construcciones interesantes".

"La Pola no tiene un gran conjunto monumental y palaciego, ni dispone de un centro amurallado como Villaviciosa o Llanes, pero cuenta con un importante patrimonio que debemos preservar y aprovechar, especialmente la plaza cubierta, obra del ingeniero Sánchez del Río; un edificio de porte elegante y modernista, que goza de un espacio funcional, luminoso y abierto".

"También considero que en La Pola hay un problema de movilidad, de circulación interna, de flujo de tráfico. Es algo que observo con frecuencia en las calles Celleruelo, Florencio Rodríguez y en otras próximas como Hermanos Felgueroso, Torrevieja y Ángel Embil –por cierto, mal urbanizadas y peor iluminadas–, especialmente cuando hay algún evento en el centro de la villa; que se arma un follón tremendo. Y temo que esta situación se agrave con la ampliación del parque Alfonso X. De alguna manera es un problema similar al que tiene Oviedo en relación con la Ronda Norte y que no acaban de solucionar".

"Pola de Siero no es una villa de reciente creación, han pasado más de setecientos años desde su fundación y nace vinculada a la actividad comercial y al mercado. Pero, esa función de centro comercial está en crisis porque esta actividad sufre una fuerte competencia y pasa por un proceso complicado; en parte por la competencia de Parque Principado y de los centros comerciales de los núcleos urbanos próximos, pero sobre todo por la presencia del comercio electrónico y la instalación –para mí excesiva– de medianas y pequeñas superficies. La pérdida de esta función comercial tradicional –La Pola, lugar de mercado–, también afecta al modo de ser de los polesos y a su forma de ‘estar’ en el mundo y modifica determinadas actitudes y comportamientos vinculados a esta actividad. El comercio local contribuyó en La Pola a generar un modelo de sociedad tolerante y abierta, con una fuerte tradición asociativa, que nos remite a su origen fundacional, el que le otorgó en su tiempo Alfonso X en la Carta Puebla".

"La Pola puede reafirmarse apoyándose más en la tradición –estamos hablando de muchos siglos como lugar de mercado–, debería potenciar la plaza cubierta, el mercado de los martes, el mercado de ganado, el comercio, las tradiciones y las fiestas. Y, aunque el ocio nocturno está muerto, al menos se deberían de cuidar la hostelería, especialmente los chigres. Se da la paradoja de que, a la vez que se promueve la declaración de la sidra como Patrimonio de la Humanidad, las sidrerías disminuyen y el consumo mengua, y con ello se va perdiendo un espacio para la sociabilidad, algo muy importante para la vida cultural asturiana y polesa, porque se pierden tradiciones y costumbres locales que difícilmente se van a recuperar".

La deuda con Lugones

"Lugones ha vivido una transformación muy importante en su trama urbana. Se está construyendo mucho y abriendo avenidas amplias, ventiladas y abiertas que integran lugares hasta entonces disgregados; se están habilitando zonas verdes y espacios acogedores. Las asociaciones están haciendo aquí cosas muy interesantes, que trasladan la idea de un lugar ideal para vivir, bien comunicado, cercano a Oviedo y al área metropolitana asturiana. Después de muchos años de carencias, hoy Lugones cuenta con una Casa de Cultura excelente y buenos equipamientos sanitarios, deportivos y sociales y una gran variedad de servicios. En la localidad se percibe mucho dinamismo y una mezcla interesante de población que se incorpora poco a poco a la vida del pueblo".

"Creo, además, que Lugones está teniendo influencia política en las decisiones que se toman en Siero. Y eso se ve en la práctica. Lugones estaba olvidada. Los vecinos carecían de unos servicios que por entidad de población merecían y que ahora disfrutan".

"Pero Lugones y La Fresneda, que están muy conectadas con Oviedo, viven un poco ajenas al resto del concejo de Siero. Apenas se producen interacciones con gentes de otras zonas, hay poca colaboración entre instituciones y se organizan pocas actividades en común (salvo algunas escolares). Estoy convencido de que hay muchas personas del concejo que ni siquiera conocen estas localidades. Es un problema de convivencia que estamos a tiempo de resolver. Aunque, puede que no tengamos tanto tiempo para afrontar uno de los grandes problemas en esta zona: la contaminación".

¿Esto es sostenible?

"En las zonas rurales del concejo, que durante años vivieron dedicadas a la agricultura y la minera, muchos aguantan con la ayuda de las jubilaciones, que sirven de colchón, pero apenas queda actividad. La vida rural desaparece, al menos la agricultura, y no hay síntomas de que vaya a recuperarse. Aunque se cuiden las praderas o se mantenga la ganadería de carne; como se observa en el mercado de La Pola, en donde cada vez se venden más reses".

"Cuando cesa una actividad tradicional como la agrícola también desaparece una forma de vida. En contrapartida, surgen otras nuevas, se produce un fenómeno diferente. La gente vuelve al campo, aunque no trabaje la tierra, y surgen nuevas formas de poblamiento, unifamiliar y muy disperso. Esto puede convertirse en un problema. La proliferación de viviendas unifamiliares obliga a atender las reclamaciones de los moradores, a mejorar los transportes, las carreteras, la iluminación, el saneamiento, la limpieza o el acceso a Internet, etc… Y, ahora, con la logística de entrega a domicilio, estas zonas se llenan de furgonetas de reparto y provocan unos flujos de tráfico que antes no había ni por asomo".

"Es un sistema que demanda servicios y genera también obligaciones como tener medios de transporte propios y multiplicar desplazamientos, al trabajo, al médico, al colegio, a las actividades extraescolares o a la compra".

"Esto que voy a decir a lo mejor suena a sacrilegio, pero en Benidorm observo todos los años, la eficiencia de un modelo basado en un sistema de construcción en altura con amplias zonas verdes, dotado de equipamientos y servicios de proximidad, zonas peatonales, buenos sistemas de abastecimiento... Es bastante más ecológico en comparación con este tipo de poblamiento disperso en algunas zonas rurales del concejo de Siero".

El dinamismo y los obstáculos

"En Siero, en los últimos años, hay mucho dinamismo empresarial, especialmente en las parroquias de Lugones y Viella. Muestra de ese dinamismo son las inversiones realizadas y previstas en el polígono de Bobes. Creo que la instalación de Amazon es una buena inversión para el concejo y me alegro de que las instituciones hayan facilitado aquí su ubicación. Aunque sabemos algunos inconvenientes que plantea sobre todo al pequeño comercio, no me cabe duda de que son las empresas las que generan riqueza y empleo y el municipio las debe de apoyar".

"También en contrapartida habría que apoyar a los pequeños empresarios y sobre todo a los jóvenes que quieran arriesgar. Tengo la intuición –por mi experiencia como docente con alumnos de Formación Profesional y Bachillerato– de que los empresarios no salen de las facultades. Hace unos años se lo comenté a un eminente sociólogo asturiano, que me contestó que aquello era un disparate, pero yo veía como entre los alumnos de FP, incluso entre los peores estudiantes, había bastantes que tenían en mente la creación de una empresa o ser autónomos y que estaban mucho más dispuestos a arriesgar".

"Creo que es bueno que en la Administración y en el Ayuntamiento de Siero estén al tanto de captar buenas inversiones. Y por decir algo en relación con la Administración, sobre la que todos tendemos a hablar mal, creo que para que se genere ese dinamismo empresarial se necesita una cierta estabilidad política y que, al margen de quien gobierne, haya acuerdos. En otras administraciones ves que no son posibles esos acuerdos. Sin embargo, en Siero, llevamos unos años donde se pactan políticas que se traducen en mayor diligencia administrativa. Hay una cierta normalidad política, que permite adoptar decisiones importantes y gestionar con cierta agilidad; como ocurrió con Amazon. Y todo esto se produce en el contexto asturiano, en donde hay un pecado burocrático mortal: el exceso de normas".

"Sí, creo que hay un exceso de regulación. No digo que no haya normas, pero que sean, pocas y claras. En Asturias necesitamos iniciativas para que haya empresas y empleo. Es imprescindible más agilidad y diligencia burocráticas. Y si además tienes como en Siero, buenas condiciones: terrenos llanos y bien comunicados. Para qué quieres más".