Emilio explica por qué Asturias va a sufrir un corte de la leche

"Estamos entrando en una fase de no retorno en cuanto al relevo en el sector ganadero"

ASTURIANOS EN TINEO: Emilio González

Julián Rus

Eduardo Lagar

Eduardo Lagar

Emilio González Antón, ganadero de leche. En el concejo lechero por excelencia, Emilio González Antón, de 49 años, regenta una ganadería que produce 4 millones de litros, la más potente del concejo. Es ganadero vocacional y ve el grave problema del relevo generacional, que está cerrando la puerta al futuro del sector lechero en Asturias. Y, como él dice, en el medio rural asturiano, si desaparecen los ganaderos, "desaparece todo esto detrás". 

"Me llamo Emilio González Antón, tengo 49 años, vivo aquí en San Pedro, en Bárcena de Monasterio, Tineo. Soy ganadero y tengo vacas de leche. Aquí producimos 4 millones de litros de leche, seremos los que más producimos en el concejo. Llevo toda la vida dedicado a esto. Primero hice estudios de formación profesional de segundo grado en el Instituto de Tineo, en la rama agraria de técnico especialista de gestión de empresas agrícolas. Después, cuando acabé, me dediqué a la ganadería. Empecé con una explotación que era de mi madre y mi abuelo. Tenían unas 15 vacas de leche. De aquella era una explotación familiar normal. Ahora estamos con una media de 300 vacas en ordeño y unas 60 o 50 secas, depende de la época, Y luego tenemos unas doscientas y pico de recría. Algo fuimos creciendo, sí".

"Yo tenía mucha ilusión por tener una ganadería buena. Aquí en esta zona había ganaderos muy buenos, como Paco Bárcena, del que aprendí muchas cosas. Por ahí me picó el gusanillo. Y a mi abuelo también le gustaba mucho la ganadería y quería que tirara para adelante por la casa. De aquella también se veía al sector de otra manera".

"Estamos hablando del año 1998-99, cuando empecé a hacer la primera nave y compré más vacas. Veíamos como que la ganadería tenía futuro, que las cosas iban a ir mejorando poco a poco. Se ganaba más y veías que podías crecer; tener un negocio como otro cualquiera. Ganar algo de dinero y vivir de una manera decente".

"Pero cambió todo radicalmente. Porque en este sector vamos teniendo cada vez más trabas por todos los lados. Los precios no aumentan sino que incluso hasta hace poco casi tuvieron retrocesos. Los gastos se multiplicaron por no sé cuanto y cada vez tenemos más problemas burocráticos con la administración. Problemas de todo tipo. Cada vez que te exigen más".

"Luego, para hacer cualquier obra, cualquier reforma, tienes una cantidad de trámites burocráticos y todos duplicados: en el ayuntamiento, en el Principado… Pagar permiso allí, pagar permiso allá. Al final te pones a hacer una obra y te pasas tres o cuatro años pagando licencias, proyectos, mandando escritos, pidiendo permiso en un lado y en otro Y te aburren. A mí me pasó. Por los problemas en los trámites de una obra de una nave casi pierdo una subvención y me arruinaba".

"La falta de relevo generacional es extremadamente grave. No hay nadie que quiera seguir con la ganadería. No sé si se dan cuenta o no se quieren dar cuenta. Estamos en un momento crítico de falta de relevo generacional, estamos en una fase de no retorno. En una fase en que esto tiene los días contados".

"En eso hay varios factores que se juntan. Por una parte, estamos ante una falta de unos precios un poco decentes en el sector. Y a esto se une a que es un sector poco atractivo para los jóvenes. Luego tenemos un abandono del medio rural por parte de la administración también muy grande. Por ejemplo, yo vivo aquí en un pueblo que tiene una carretera que se hizo hace cuarenta años y nadie la reparó ni la reformó desde entonces. Ahora está intransitable, casi ni se pasa de los botes que das. Está aquí para ver. Y luego las comunicaciones que hay con el centro ya sabes: si quieres ir a Oviedo tardas una hora y pico por esas carreteras. La autovía ya ves como está. Ahora nos pusieron Internet pero hasta hace poco no lo teníamos. Y en algunos sitios casi no tienen ni línea de móvil".

"Pero, de todos los factores, el principal es tener un precio digno para los que vivimos de la leche o de la carne. La ganadería requiere muchas horas y si tienes un precio decente puedes contratar a más personal para hacer turnos de trabajo. Las vacas tienen que estar atendidas. Lo mismo que no puedes cerrar un hospital o una residencia de ancianos porque la gente tiene que estar atendida. Y en esos sitios los trabajadores hacen turnos y se mantiene como tiene que mantenerse. Aquí deberíamos de tenerlo igual, pero como siempre vivimos bajo unos precios abusivos por parte de la industria y la distribución, que son dos contra uno, entonces no podemos hacer eso. Y, para compensarlo, tenemos que trabajar 16 horas diarias, sacrificándose. Aquí trabajamos la mujer y yo y otros tres obreros, pero para poder para poder vivir como los que tienen un sueldo necesitaba poder contratar al doble de trabajadores".

"El año pasado, el primer semestre, por la subida de los costes, de la luz, del gasoil, de los piensos... Estábamos comprando el pienso sobre 300 euros y llegó a ponerse a 500 o 550 la tonelada. El gasóil era una media de 60 o 70 céntimos y llegamos a pagarlo a 1,40 o 1,50 el agrícola. La luz pasábamos de pagar a mil euros al mes a pagar dos mil y pico o tres mil euros. Fue un semestre donde nadie pensó en llegar a final de año. O muy pocos. El noventa por ciento de los ganaderos pensábamos que a finales de año tendríamos que cerrar, o aguantar según fuéramos vendiendo ganado para carne hasta donde llegáramos. Pero luego empezaron a vender, a matar muchas vacas y a cerrar muchas ganaderías y entonces el precio tiró para arriba porque vieron que la cosa se ponía muy cruda Ahora, los precios de la leche están bajando. Volveremos a entrar otra vez en la misma dinámica".

"Si empezara otra vez y si fuera hoy no me haría ganadero. No, no, no. Y no creo que mis hijos sigan con la ganadería. Ven que esto es muy sujeto y lo que estamos pasando los padres. A lo mejor, el día de mañana cambia, pero no creo que sigan. Y es una pena porque los ganaderos somos los que cuidamos el medio natural, somos los que llevamos los prados, somos los que limpiamos los caminos para que se conserven y estén bien para que cuando venga la gente pueda pasar por ellos. Cuando desaparezcamos nosotros, esto desaparece detrás".