Oviedo, E. LAGAR

En Aller se recogen firmas para declarar «persona non grata» a Roberto Hartasánchez, presidente de la organización conservacionista FAPAS (Fondo para la Protección de los Animales Salvajes). Hartasánchez se ha ganado la animadversión de un sector de la opinión pública local por una propuesta de trazado de la línea eléctrica Lada-Velilla que pasa por el concejo allerano y que esta asociación conservacionista remitió al Ministerio de Medio Ambiente. Hartasánchez entra en el debate sobre uno de los tendidos clave para convertir Asturias en potencia exportadora de kilovatios y hasta lo amplía: desde su punto de vista de defensor de la naturaleza, afirma que las nuevas infraestructuras eléctricas (planta regasificadora, centrales de ciclo combinado) basadas en el consumo de gas permitirá acabar con el consumo carbonero, más contaminante. Dice más: «Lada-Velilla es un golpe de muerte a la minería del carbón».

-Sorprende ver a un ecologista defendiendo un tendido.

-Estamos hablando de la sustitución del viejo sistema de producción energética de las térmicas de carbón por una actividad más limpia. Asturias cuenta con las centrales térmicas más contaminantes de España y, de toda la cordillera Cantábrica, con la minería de carbón a cielo abierto más agresiva contra el medio físico. Y la línea Lada-Velilla, guste o no guste, es una herramienta para poner en marcha ese cambio. Porque va a permitir dar una salida a una energía producida mediante parques eólicos y centrales de ciclo combinado, que contaminan mucho menos. Nos negamos a aplicar la táctica del ecologismo del no que practican algunos. Todos los proyectos, todos, suscitan el rechazo de los ecologistas y no podemos hacer tabla rasa de todo. El otro día, en LA NUEVA ESPAÑA, leía que el mismo grupo ecologista se oponía al mismo tiempo a la línea Lada-Velilla y se manifestaba contra las térmicas de carbón. Si conservación es que no se toque nada, la conservación está condenada al fracaso. Si Asturias tiene un desarrollo económico fuerte puede ser generosa y permitirse el lujo de no explotar sus recursos naturales.

- Pero la regasificadora de El Musel, las centrales de ciclo combinado, los nuevos tendidos o los parques eólicos del Occidente también dejan huella.

-Claro. Pero las centrales de ciclo combinado contaminan un 65% menos que las térmicas y la minería a cielo abierto destruye la naturaleza, entra como un buldozer. Los eólicos tienen un impacto enorme, es verdad. Pero hay que tener en cuenta la dualidad de que, a escala local, altera la belleza del paisaje, pero en la estrategia global contribuye a evitar el calentamiento del planeta.

-Entonces ustedes apoyarán las nuevas infraestructuras de producción eléctrica.

-No vamos a poner zancadillas a que se sustituya el sistema productivo. Queremos que en la montaña no haya más minas a cielo abierto ¿Eso se puede conseguir eliminando las térmicas de carbón? Pues apoyémoslo.

-Es algo así como la doctrina del mal menor.

-Ésa es la doctrina. ¿Cuál es la otra?, ¿que no se haga nada? Los ciclos combinados y la regasificadora tienen impacto, también los tendidos. ¿Y qué haces? Vivimos en una sociedad que necesita energía y la gente no está dispuesta a prescindir de ella más allá de lo razonable, como apagar el interruptor de casa o no dejar las luces encendidas, etcétera. El que tenga la solución mágica que la exponga. Claro, la solución mágica sería la nuclear. Pero aún nos queda mucho por evolucionar a la hora de dar una solución a sus residuos... No, de momento no hay una solución mágica.

-¿Teme que con su apoyo al nuevo modelo energético esté respaldando más negocio para las eléctricas?

-Sí. Pero lo cómodo es decir que no a todo. Primero, hay que evaluar el impacto que esta región está teniendo, a escala global, en la contaminación y, además, si queremos cumplir con el Protocolo de Kioto ¿cómo podremos hacerlo si la térmicas de carbón no dejan de funcionar?

-¿Qué pretenden con el trazado que enviaron al Ministerio de Medio Ambiente?

-Hicimos nuestra propuesta, ante todo, para demostrar que las alternativas del Ministerio son muy mejorables. De todas formas, si consideramos que la decisión final no cumple con nuestras expectativas, el Ministerio nos tendrá enfrente. Nuestro trazado pasa por una parte de Aller que ya está llena de pistas y minas en activo. Hombre, cualquiera puede decir que esa zona es la mejor del mundo porque allí, debajo de aquel árbol, tras una tarde de retozar, sus padres le trajeron al mundo. Pero el valor de la zona es el que es y eso es cuantificable. El nuevo tendido es necesario y nosotros intentamos, ya que tiene que construirse, que afecte lo menos posible a los recursos naturales de esta región. Por eso hacemos una propuesta de trazado por donde menos daño hace, una propuesta que también implicará un esfuerzo inversor para minimizar el impacto de la obra.

-En Aller les acusan de venderse a Red Eléctrica, que les encargó un estudio para evaluar el impacto de la retirada de las torres colocadas para un trazado paralizado hace veinte años.

-No. Eso no tiene nada que ver. REE acudió a nosotros después de haber enviado el Fapas nuestra alternativa a la nueva línea. Nosotros vamos a aportar nuestra experiencia y nuestra profesionalidad y para nosotros es un orgullo. Aquí no hay trapos sucios.

-En Aller hay quien quiere declararle persona non grata.

-A mí, lo único que me interesa es paralizar las minas de carbón a cielo abierto en activo o conseguir reducir su impacto y a partir de ahí que me llamen lo que quieran. Si en el Ayuntamiento de Aller, que también nos critica, valoran tanto sus recursos naturales, ¿por qué no cierran la estación de esquí? ¿Por qué Fuentes de Invierno no tuvo oposición?

-Y, por lo que escucho, ustedes también quieren ser declarados personas non gratas por los sindicatos mineros.

-Asturias tiene una gran vocación minera y hay muchos intereses vinculados al mundo de la mina y la línea Lada-Velilla supondrá un golpe de muerte a la minería del carbón. Es normal que ellos luchen porque el carbón siga siendo el motor, pero nosotros somos una ong que lucha por la conservación del medio ambiente y no es razonable apostar por una economía del carbón. Nosotros tenemos tanto derecho a defender nuestras opiniones como ellos.