Funeres (Laviana),

M. Á. G.

El secretario general de la FSA, Javier Fernández, descartó ayer la inclusión de «refuerzos identitarios» o de «cualquier otra connotación excluyente» en la reforma del Estatuto de Autonomía, en contraposición con los planteamientos de partida de IU, que aboga por la oficialidad del asturiano y utilización del término «nacionalidad» para definir al Principado. El aviso a navegantes del líder de los socialistas asturianos gana calado ante el inminente inicio del debate estatutario, previsto para el otoño. En esa línea, Fernández advirtió a IU de que la prioridad del nuevo texto debe ser la de «aproximar la política a los ciudadanos» y «mejorar el nivel de vida de los asturianos».

El dirigente socialista hizo estas manifestaciones en el acto celebrado en el Pozu Funeres, en Laviana, en recuerdo de los 22 represaliados del franquismo que en 1948 fueron arrojados con vida al interior de la sima. En su discurso, Fernández hiló la recuperación de los valores tradicionales del socialismo con los objetivos del nuevo Estatuto. «Debemos preservar un internacionalismo que hoy está más vigente que nunca porque hay masas excluidas en este planeta que no tienen más elección que el hambre o la patera. Ahora que vamos a reformar el Estatuto que no vengan a nosotros hablándonos exclusivamente de identidad, de nación y de sentido de pertenencia», afirmó Fernández, en alusión a Izquierda Unida.

«Nosotros somos internacionalistas y queremos a esta tierra, a nuestra gente y a los que vienen de fuera. Ésa es nuestra forma de identidad, alejada de cualquier connotación excluyente», argumentó Fernández, que añadió: «Para nosotros, la autonomía es fundamentalmente aproximar la política a los ciudadanos; ése ha sido siempre nuestro discurso, como IU tiene el suyo, que en estos aspectos respeto, pero no comparto. El Estatuto será de primera en la medida en que dé a los asturianos la posibilidad de mejorar su situación y su nivel de vida, y no en la idea de que seamos comunidad histórica, realidad nacional, nación o este tipo de cosas que son ajenas al PSOE y a la mayor parte de la ciudadanía».

Las discrepancias entre los socialistas e Izquierda Unida a propósito de la reforma del Estatuto vienen de antiguo. La FSA y, en particular, su secretario general, Javier Fernández, siempre se han opuesto a cualquier deriva nacionalista. Los socialistas rechazan de plano algunas de las propuestas angulares de IU. Es el caso de la oficialidad del asturiano y también del uso del término «nacionalidad» para definir al Principado.

La Junta General iniciará la reforma del Estatuto después del debate sobre el estado de la región, que tendrá lugar en la primera semana de octubre. Los tres portavoces parlamentarios -Fernando Lastra, por el PSOE; Joaquín Aréstegui, por el PP, y Jesús Iglesias, por Izquierda Unida- ya han sopesado la posibilidad de que el proceso se ponga en marcha ese mismo mes.

El procedimiento para la reforma del Estatuto es complejo. El Gobierno no presentará un proyecto de ley, sino que serán los grupos parlamentarios -al igual que se hizo en ocasiones anteriores- los que asumirán el protagonismo. La aprobación de la reforma en la Junta General exige, cuando menos, el acuerdo de socialistas y populares. Posteriormente, será precisa la ratificación de las Cortes Generales.

Peaje del Huerna

Javier Fernández también se pronunció sobre la promesa hecha por Zapatero en la fiesta minera de Rodiezmo de aplicar una nueva rebaja al peaje del Huerna. Jesús Iglesias, portavoz parlamentario y coordinador general de Izquierda Unida, puso en cuestión el viernes la credibilidad de este anuncio. El líder de los socialistas asturianos indicó en Funeres que las manifestaciones de Zapatero «fueron suficientemente elocuentes» y que el rescate del peaje será «un esfuerzo paulatino y continuado» que «empezaremos a ver en los próximos Presupuestos».