Gijón, Covadonga JIMÉNEZ

El mundo académico achaca el déficit de profesionales informáticos a la caída de matrículas universitarias y al «infraempleo» entre los recién titulados. La demanda del cluster de empresas TIC (Tecnologías de la Información y de la Comunicación) ha generado una variedad de opiniones en el sector, todas ellas orientadas a justificar una coyuntura que, dicen, no es exclusiva de Asturias, y responde, añaden, al escaso reconocimiento social y económico de estas titulaciones.

El director de la Escuela de Ingeniería Técnica Informática de Gijón, Pedro Hernández, sostiene que el impulso de las TIC (Tecnologías Informáticas y de la Comunicación) en la empresa no tiene el mismo reflejo en el mundo académico, al menos por parte del alumnado. Las matrículas del centro, situado en el campus de Viesques, han caído un 20% en los últimos cuatro años y un 50% desde 2006. Este año calculan que sumarán 50 nuevos alumnos, frente a los 100 que se matricularon el año anterior en las ramas de gestión y sistemas. Atrás quedan los cursos que sumaban un millar de estudiantes entre los tres cursos de la carrera.

Las razones de esta destacada caída de alumnos se encuentran en el «escaso reconocimiento social y económico» de estas titulaciones, tal y como explica el director de la Escuela de Informática de Gijón. Añade que se trata de enseñanzas técnicas, que requieren un esfuerzo tremendo de puesta al día, lo que lleva a los estudiantes a decantarse por otras ramas, principalmente las del campo científico-sanitario, que son las que están en boga. Y en el Bachillerato la rama tecnológica también es deficitaria en cuanto a número de alumnos, concluye Pedro Hernández.

No obstante, las ofertas de empleo que llegan a la Universidad son constantes. El año pasado se contabilizaron entre tres y cuatro diarias, que llegaban a perderse entre la marabunta de becas y otras convocatorias para los alumnos. Frente a esto, un grupo de 65 empresas tecnológicas de Gijón, agrupadas en torno a un cluster que preside Isabel Lombardía, presentó al Principado su propio plan formativo ante la falta de personal que padece. El cluster quiso reunir a 105 personas de otros ámbitos profesionales o académicos para adaptarlas mediante un cursillo a sus necesidades laborales. Encontrar a los interesados costó un gran esfuerzo a pesar de que tenían garantizado empleo al final de las clases.

Las empresas tecnológicas de todo el mundo atraviesan por situaciones parecidas. En el caso de Asturias, la Universidad se apoya en el infraempleo del sector y en la bajada de las matrículas para explicar la falta de capital humano al que aluden los empresarios.

En el Parque Científico y Tecnológico de Gijón, cuna de la cultura emprendedora y de proyectos I+D+i, su director, Emilio Gumiel, explica que muchas de las empresas asentadas en este recinto acuden a las principales firmas ya implantadas en Asturias para nutrirse de profesionales. No obstante, apunta que existe una relación fluida entre la Universidad y el Parque Tecnológico. De hecho, muchos chavales que se encuentran en los últimos cursos utilizan este espacio como plataforma de lanzamiento en sus inicios profesionales.

Por su parte, el director de la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón, Ricardo Tucho, señala que se encuentran «muy sorprendidos» por esta situación tanto en el campus de Viesques como en el Rectorado ante el déficit de profesionales de la informática. De hecho, ante la falta de personal hay algunos segmentos que se están cubriendo por titulados procedentes de la Formación Profesional, explica Tucho.

En la Oficina de Relaciones con la Empresa, situada en la Escuela de Ingeniería de Gijón, reciben a diario ofertas de empresas sin posibilidad de que sean cubiertas en su mayoría. Tucho opina que el déficit de profesionales no es exclusivo de los informáticos, sino de muchas titulaciones superiores. No obstante, reconoce Tucho que Informática y Telecomunicaciones no tienen la demanda de matrículas esperada desde el mundo académico. Eso sí, los alumnos de «Teleco» están colocados antes de finalizar sus estudios. En todo caso, el bajón generalizado de matrículas es un hecho también constatado en la Escuela Politécnica Superior de Ingeniería de Gijón.

La mayoría de los profesionales consultados achaca la situación denunciada por las empresas TIC al escaso reconocimiento de la sociedad y de los empresarios hacia estas titulaciones. Los informáticos no se ven bien pagados, y en la Universidad se echa en falta a nuevas generaciones.