Investigadores de la Universidad de Dortmund, en Alemania, han desarrollado un dispositivo que permitirá identificar por radiofrecuencia cada unidad de queso de Cabrales y facilitará así a sus productores cumplir con la normativa europea. El dispositivo en cuestión, denominado transpondedor, debe introducirse en el mismo momento en que la leche se vierte en el molde y mantenerse durante el proceso de maduración del queso.

El mecanismo se extrae antes de su empaquetado final, pero la información que contiene servirá para identificar durante todo el proceso de fabricación el origen preciso del queso, que se registrará mediante un número de serie en la etiqueta. El consumidor final estará así en disposición de conocer en qué cueva ha madurado el queso y qué itinerario ha seguido hasta llegar a su punto de venta, introduciendo en internet ese número de serie. El sistema, según un comunicado de la Comisión Europea, ha sido desarrollado por científicos de la Universidad de Dortmund en colaboración con "un laboratorio estatal español".

La idea es facilitar que los pequeños fabricantes asturianos cumplan con la normativa europea de seguridad alimentaria, que les exige realizar un seguimiento y localización de su producto a lo largo de todo el proceso de producción. Además, gracias esta tecnología, cuando se produzca la retirada del mercado de un determinado queso de Cabrales, los lotes que pertenezcan a su misma serie podrán ser rápidamente identificados y eliminados de las estanterías de los supermercados.

El mayor reto en el diseño de este chip fue "desarrollar un transpondedor que fuera lo suficientemente pequeño como para permitir la transpiración del queso", explica el profesor Rolf Jansen, jefe del Departamento de Logística de la Universidad de Dortmund, en el comunicado. Otro desafío para los investigadores era asegurarse de que no se introdujeran en el queso fibras o sabores del exterior durante este proceso. Esta tecnología de identificación de radiofrecuencia ha sido desarrollada dentro del programa europeo financiado por la Unión Europea INTERREG IIIC y la región alemana de Renania del Norte-Westfalia. EFE