Oviedo

Oviedo es el granero de votos del PP asturiano. Y eso lo saben tanto sus correligionarios de partido como sus contrincantes más enconados, empezando por los socialistas asturianos, que ni de lejos pensaban encontrarse a Gabino de Lorenzo de frente y como rival en la próxima campaña de las generales.

Un responsable de la FSA admitía hace poco que Oviedo es un auténtico solar en los resultados electorales del PSOE. Lo avalaba con un dato revelador: en las últimas elecciones municipales y pese a que los socialistas arrasaron con casi sesenta de las 78 alcaldías asturianas, la distancia en porcentaje de votos con el PP no llegó siquiera a los dos puntos. El motivo de tan estrecho margen no es otro que el peso de la ventaja popular en Oviedo dentro del cómputo regional.

Si, como todo parece indicar, el ofrecimiento de Gabino de Lorenzo prospera entre la dirección regional del PP y la dirección nacional, se encontrará en plena campaña electoral con un viejo conocido, Álvaro Cuesta.

El PSOE apostó por el diputado nacional en 1995 para hacer sombra a un Gabino de Lorenzo, en «estado de gracia» como el propio alcalde llegaría a reconocer cuatro años después. De hecho, el domingo de Ascensión que se celebraban aquellas elecciones, salió al ruedo para saludar al tendido después de que El Cordobés le dedicara un toro y unas horas antes de que se cerrasen las urnas. Pero el resultado estaba cantado. Logró 73.459 votos, aventajó en casi 50.000 al PSOE y fue el candidato de capital de provincia más votado de toda España, en una campaña coordinada por Alicia Castro, a la que, otra vez casualidades de la vida, sucederá como cabeza de lista por Asturias para las elecciones generales.