Oviedo, Pablo GONZÁLEZ

Padres y profesores coinciden en la necesidad de aumentar de 16 a 18 años el límite legal para poder consumir alcohol en Asturias y conseguir así que el Principado deje de ser la única comunidad autónoma en la que se pueden comprar bebidas alcohólicas sin tener la mayoría de edad después de que la Sanidade gallega haya anunciado el cambio de su ley.

José Manuel Martínez Vega, portavoz de la Concapa, la Confederación Católica Nacional de Padres de Alumnos, se muestra «de acuerdo con el aumento del límite de edad para consumir alcohol» propuesto por el fiscal antidroga de Asturias, José Perals. «Es cierto que la educación para acabar en este problema es importante, pero las familias necesitamos la implicación de las autoridades. Los padres no tenemos todos los medios», dice Martínez Vega. Una de sus quejas se centra en que «los padres no podemos controlar si se vende alcohol a menores». Martínez Vega desconoce los motivos por los que el Gobierno del Principado mantiene a Asturias como una isla en este tema en España, pero tiene una teoría: «Quizá la Administración no tenga interés alguno en establecer un control y fomentar así una vida fácil y relajada para tener una sociedad aborregada».

Por su parte, Jesús Antonio Fernández Corrales, presidente de la mayor Federación de asociaciones de padres de la región, la «Miguel Virgós», reconoce que «no me parece prudente permitir el consumo de alcohol a los 16 años; lo prudente sería situarlo en los 18 años». Fernández Corrales cree que con el aumento del límite legal para beber «se solucionaría parte del problema que hay, aunque está claro que no todo. Al menos dificultaría un poco más el acceso de los menores al alcohol».

El líder de las 300 asociaciones de padres de alumnos de colegios e institutos públicos del Principado que conforma la agrupación «Miguel Virgós» entiende que habrá que tener paciencia si se produce un cambio en la normativa porque «todas las cosas necesitan un tiempo para que se vayan implantado. Y no hay que hacerlo con brusquedad, sino con calma. No es bueno radicalizar nada». Mientras, Gumersindo Rodríguez, presidente del sindicato de docentes Anpe, opina que «el Gobierno tiene evidentes contradicciones en este tema. No puede ser que jóvenes de 16 años puedan beber y abortar», explica. «Si hay una mayoría de edad establecida legalmente, debe aplicarse para todo», añade. Pero Rodríguez considera que el binomio adolescentes-alcohol debe comenzar a controlarse, primero, «en el seno de la familia», y después «por las fuerzas del orden». Con lo segundo, este profesor se refiere a que los poderes legislativos «den a la Policía los medios y la normativa suficiente para repercutir directamente la responsabilidad civil de los hijos sobre los padres». Rodríguez establece el siguiente pilar en la lucha contra este problema en la escuela. «En las aulas podemos informar de los daños que causa el alcohol, pero no estamos para controlar como llega la gente a su casa».

«Quizá no interese el control para poder tener una sociedad aborregada»

<José Manuel Martínez Vega >

Presidente de Concapa