Oviedo, Idoya RONZÓN

El mando de la Guardia Civil imputado por supuestos abusos sexuales y acoso laboral a una guardia denunció a ésta por injurias y calumnias un mes antes de que la agente lo hiciese formalmente ante el juez. El hombre acudió al Juzgado de instrucción número uno de Oviedo el pasado 7 de mayo, después de que la mujer lo acusase de haber abusado de ella y de haberle hecho la vida imposible en el trabajo durante la declaración que prestó en la propia Guardia Civil por un expediente interno incoado para valorar sus condiciones psicofísicas, en el que el mando imputado fue designado como instructor, según fuentes próximas a la investigación.

La denuncia de la guardia tiene fecha de 24 de junio pasado. Dos días antes, la agente remitió una carta al Ministerio de Defensa, en la que se quejaba de «las malas relaciones laborales» que mantuvo con el mando mientras estuvo a su servicio, aunque en ella no hacía referencia al supuesto acoso sexual o laboral, según se desprende de un informe elaborado sobre el caso por la Benemérita. La agente entró a las órdenes del mando imputado el 10 de febrero de 1996 y desde mayo de 2006 se encuentra de baja por problemas psicológicos. Recientemente, ha sido jubilada de la Guardia Civil por llevar más de dos años de baja, aunque la mujer ha recurrido esta decisión.

Decida lo que decida el Juzgado encargado del caso, la Benemérita no podrá tomar cartas en el asunto, puesto que los hechos están ya prescritos en vía disciplinaria, según el mismo informe. De hecho, el mando imputado acaba de ser ascendido. Desde el pasado día 1 es oficialmente comandante de la Guardia Civil, por lo que fue trasladado fuera del Principado. El próximo mes de noviembre pasará a la reserva del cuerpo (la antesala de la jubilación), con lo que cesará en su cargo actual.

El mando se encuentra imputado por los delitos de abuso sexual, acoso sexual, acoso laboral («mobbing») y contra la integridad moral, y deberá prestar declaración en el Juzgado de instrucción número cuatro de Oviedo el próximo mes de septiembre. Según la denuncia de la mujer, el hombre la tenía «totalmente aterrorizada» e incluso llegó a besarla y a tocarle los pechos. Además, explica la denuncia, era habitual que la llamase a su despacho para preguntarle el color de su ropa interior, exigiendo que se la enseñara, alegando que él era su superior. También le decía, mientras la tocaba, siempre según la versión de la mujer, en qué partes de su cuerpo tenía que ponerse perfume.

La denuncia de la agente

La guardia sostiene que el mando la acosó sexualmente, abusó de ella y la sometió a una persecución laboral insoportable.

La reacción del mando

El hombre denunció a la agente por injurias y calumnias. La denuncia fue presentada un mes antes de que la guardia interpusiera la suya.

Las supuestas secuelas

La mujer fue diagnosticada de trastorno depresivo, dependencia del alcohol, trastorno de conducta alimentaria y trastorno límite de la personalidad, supuestamente provocados por la situación vivida con su jefe.