La Coruña, Rubén GARCÍA

Un consorcio mixto, donde las administraciones públicas se encarguen de gestionar las instalaciones portuarias y las empresas privadas regulen el control del tráfico de mercancías en las terminales en las que operan. Ésa es la gran apuesta de Puertos del Estado, dependiente del Ministerio de Fomento, para aliviar el desfase presupuestario que se ha detectado en las obras del puerto exterior de La Coruña de Punta Langosteira.

«Hasta el próximo año vamos bien, hay fondos europeos hasta 2010, lo que permite que la ejecución vaya a buen ritmo. A partir de ahí es cuando podría empezar a haber problemas», aseguraba el máximo responsable de Puertos del Estado, Fernando González Laxe, a «La Opinión de A Coruña», diario perteneciente al mismo grupo editorial que LA NUEVA ESPAÑA. Ante la complicada situación económica que atraviesa Punta Langosteira, Laxe apuesta por abrir la puerta al capital privado para acabar la dársena y, a cambio, crear una especie de consorcio donde convivan lo público y lo privado, bien a través de convenios, bien a través de concesiones por un período concreto de tiempo.

Pone como ejemplo el puerto holandés de Rotterdam: «La mayor parte de las terminales son privadas, lo que garantiza que un ente privado tiene por un tiempo la concesión de ese espacio y tiene cierto control sobre los tráficos que pasan por la terminal», puntualiza el presidente de Puertos del Estado. González Laxe aclara que la posibilidad de otorgar mejoras en las concesiones a operadores privados a cambio de que antes aporten capital para acabar el puerto exterior no significa que se privatice la dársena, pues las administraciones públicas serían las únicas responsables de velar por el control de las infraestructuras y de la zona de dominio portuario».

La legislación española impide privatizar los puertos, pero no externalizar determinados servicios portuarios, entre los que Fernando González Laxe cita la gestión de las terminales, de los remolcadores, de los amarradores o de las grúas para carga y descarga de mercancías. En toda Europa, los únicos puertos privados se sitúan en las costas de Inglaterra. El ministro de Fomento, José Blanco, advirtió esta semana de que el puerto exterior era inviable en la situación actual y que, el sobrecoste del proyecto ronda los 240 millones.