Madrid / Oviedo,

El ministro de Fomento, José Blanco, anunció ayer en el Congreso que los importantes recortes en inversión para sanear las cuentas públicas conllevarán un retraso medio de un año en la ejecución de las obras de su departamento. De esta demora únicamente podrían escapar aquellos proyectos que entren en el plan público-privado de infraestructuras, cuyas primeras licitaciones se realizarán este verano. Aunque no desveló el listado de actuaciones que se incluirán en ese programa, ni la situación concreta de cada actuación, Blanco se refirió a la variante de Pajares para señalar que la fuerte inversión realizada durante los últimos años permite que los trabajos sigan adelante con «celeridad» para rentabilizar «pronto» la inversión. Sin embargo, el Ministro no detalló si se mantiene finales de 2012 como fecha límite para inaugurar el tramo ferroviario. Del resto de grandes obras en marcha o previstas para Asturias, ni palabra, como no sea la confirmación de que el AVE del Cantábrico se cae de las previsiones ministeriales o que el corredor ferroviario de la vía de la Plata, propuesto por varias cámaras de Comercio, entre ellas la asturiana, para conectar los puertos de Algeciras y Gijón, tampoco va a ser sufragado con fondos estatales. «Estaría dispuesto a dar a coste cero una concesión de 40 años para explotar esta línea a quien diga que es rentable si se compromete a mantenerla», subrayó Blanco en el transcurso de una maratoniana comparecencia de más de cuatro horas ante la Comisión de Fomento. El Ministro, en contraposición a la imagen de cierta desolación que presenta estos días José Luis Rodríguez Zapatero, se mostró especialmente vigoroso pese al negro panorama que pintó sobre el futuro de las infraestructuras españolas, con un recorte de 6.400 millones entre este año y el que viene. «Ya nada volverá a ser como antes», espetó Blanco a los integrantes de la comisión, entre ellos el diputado asturiano del PP Isidro Fernández Rozada.

De esta manera, y a expensas de lo que pueda suceder con la Variante, de las palabras y del programa de actuación expuesto por Blanco se deduce que los tramos de la Autovía del Cantábrico y de Grado-La Espina siguen dentro de la planificación ministerial, aunque podría retrasarse la fecha de finalización, prevista para el año que viene. En el otro lado de la balanza, parece muy difícil, por no decir imposible, que el túnel del Fitu o la vía rápida La Espina-Ponferrada salgan adelante en el corto o medio plazo. La ejecución de estas dos actuaciones fue prometida por el Ministro a Vicente Álvarez Areces, presidente del Principado, en una reunión celebrada el pasado mes de junio. Ahora, el Gobierno regional pretende que sean incluidas en la revisión del plan estatal de infraestructuras y transportes (PEIT).

Durante su comparecencia, el titular de Fomento afirmó que «el ajuste nos obliga a replantearnos todo el programa de inversión pública del Ministerio para los próximos cuatro años. Vamos a abordar esta situación reprogramando la mayoría de las inversiones que estamos acometiendo y reconsiderando las que no son imprescindibles. Esto se traduce en que vamos a posponer nuevas licitaciones, demorar los plazos de finalización de las obras, suspender temporalmente actuaciones e, incluso, anular contratos en ejecución».

Aunque en ningún momento cuantificó qué infraestructuras ni de qué modo se verían recortadas, sí señaló que «nuestras prioridades no van a cambiar. Seguiremos priorizando el ferrocarril en su triple vertiente de Alta Velocidad, cercanías y mercancías». Además, Blanco aseguró que en los próximos días estudiará las 3.000 actuaciones que tiene en marcha su Ministerio para decidir cuáles de ellas serán prioritarias e invitó a los grupos parlamentarios a compartir estas decisiones, aunque asumiendo «personalmente el coste político de las mismas». Un coste que está dispuesto a pagar «porque podemos afrontar la realidad o rehuir los problemas, pero la senda que estamos transitando es irreversible y no cabe demagogia».

El Ministro no ocultó que la decisión de frenar unos proyectos y mantener otros generará nuevas controversias: «Sé que alcaldes y presidentes de comunidades autónomas, diputados y senadores de todos los partidos, también del mío, van a expresar sentimientos de agravio. Posiblemente nadie quede contento, pero no es momento para el victimismo. Es el momento de la racionalidad y de la responsabilidad», subrayó José Blanco.

Tras la comparecencia, y en una primera valoración, el diputado popular Isidro Fernández Rozada afirmó que la intervención de Blanco es «un jarro de agua fría» para las esperanzas asturianas de completar la red de carreteras y la ferroviaria. «No vamos a tener AVE en los plazos, ni la Autovía. Esperando a ver qué obras perviven, ojalá haya algo de alivio para el AVE en Pajares y en el Lena-Gijón», aseguró.