Oviedo

Juan Luis de la Vallina Velarde pertenece a esa generación de políticos que les tocó enterrar el franquismo para dar a luz a la democracia. Y él lo hizo desde varios frentes, y con un sello de tranquilidad y discreción que le acompañó hasta el final de sus días. Primero peleó para que la derecha en Asturias tuviera una fuerza política moderna de cara a las primeras elecciones de 1977. «Fue una de las personas que más ayudó a asentar el partido», aseguraba ayer Isidro Fernández Rozada, secretario general del partido por aquel entonces.

Y es que De la Vallina Velarde fue el elegido por el fundador de Alianza Popular (AP), el ex ministro Manuel Fraga, para encabezar el proyecto conservador en Asturias por su perfil de hombre de la Universidad, muy valorado en aquellos tiempos en el seno del ahora Partido Popular (PP). «Trabajaba mucho, de manera muy eficaz y sin meter ruido, sin darse importancia. Fue muy útil por su formación en Derecho Administrativo», resalta Noel Zapico, vicepresidente de AP en aquel tiempo y actual adjunto a la Procuradora del Principado. Éstos conocimientos también le permitieron formar del siguiente paso de la joven democracia española: la creación del Estado de las autonomías.

Así, De la Vallina Velarde fue uno de los ocho elegidos que redactaron el Estatuto de Autonomía del Principado que fue aprobado en 1981. El fallecido aportó sus conocimientos «como excelente profesional que era», señalaba Bernardo Fernández, otro de los ponentes, en este caso del lado socialista, alumno de De la Vallina Velarde en la Facultad de Derecho y actual presidente del Consejo Consultivo del Principado. «Era muy leal a sus ideas, pero muy respetuoso con las de los demás. Era una satisfacción discutir, dialogar y trabajar con él», rememora Fernández. «Riguroso en lo jurídico y muy experto en lo político», añade María Jesús Álvarez, presidenta de la Junta.

Todo este trabajo orgánico y legislativo en Asturias no le impidió pelear por los intereses de la región desde su escaño en el Congreso. Allí, en 1978, presentó una proposición no de ley para que el escudo y la bandera de España incluyesen el escudo del Principado. También fue uno de los diputados de AP que votó a favor de la Constitución Española. Aunque comenzó a alejarse de la vida del partido cuando dejó de ser senador en el año 2000 -«se fue sin alzar la voz, aunque podría haber presionado en Madrid para seguir», dice uno de sus amigos- su figura todavía sigue siendo valorada una década después. «Fue uno de los grandes políticos de la transición», destacaba Ovidio Sánchez, presidente del PP asturiano. El líder de los populares del Principado lamenta que con la muerte de De la Vallina Velarde se haya ido un «referente permanente» del partido.

Uno de sus últimos gestos fue el de firmar, junto a otros doce de ex diputados y senadores asturianos, una carta pidiendo a Mariano Rajoy que aceptase la candidatura de Francisco Álvarez-Cascos a la Presidencia del Principado. Curiosamente Álvarez-Cascos y Antonio Landeta se presentaron en el congreso de AP en 1982 contra la candidatura de De la Vallina Velarde e Isidro Fernández Rozada.