Oviedo,

María José IGLESIAS

La Asociación Ayuro, creada hace unos meses por un grupo de jóvenes voluntarios asturianos, organizó ayer un viaje imaginario para escolares a través de Níger, Nepal y Marruecos. El punto de reunión fue la Biblioteca de La Granja del Campo San Francisco de Oviedo. El hilo conductor lo constituyeron las fiestas que se celebran en estos tres países donde apenas se conoce la Navidad. Marruecos y Níger son de mayoría musulmana y el 90 por ciento de los habitantes de Nepal practica el hinduismo.

Los niños Celia Cuesta, Rocío Robles, Aitana Sánchez, Diego Valella, Adrián Robles y Thalia Salazar no se perdieron detalle de las explicaciones sobre unos países que no estuvieron, ni mucho menos, elegidos al azar. En ellos han pasado temporadas la economista y estudiante de Psicología Pepa Pérez y el educador Pablo Fernández.

Ambos son miembros fundadores de Ayuro y destacan la importancia de que los más pequeños aprendan a distinguir y valorar otras culturas y realidades. «Los niños deben saber que hay otras realidades, conviven con la diversidad a diario en el colegio», señaló Pepa Pérez.

Para dotar de mayor realismo al taller de aprendizaje la voluntaria social, que pasó siete meses trabajando en un proyecto escolar en Kara Kara, el barrio de leprosos de Zinder, una de las principales ciudades de Níger, no dudó en enfundarse el vestido y el turbante que llevó a una boda a la que fue invitada.

Al hilo del vestido explicó que en Níger es costumbre que la novia elija la tela que le gusta para que todas las invitadas se hagan el traje con ella. El novio hace lo mismo con sus invitados.

Lo que más le impresionó del país del África Occidental Sahariana es la diferencia de costumbres que existe con Europa. «Todo es diferente, empezando por las relaciones entre las personas, la religión musulmana también es un aspecto que condiciona».

Pepa Pérez dejó boquiabiertos a los niños cuando les explicó que uno de los juegos preferidos en Níger es uno que se hace con palos y piedras. «Deben entender que las cosas que aquí son normales allí no lo son en absoluto». Una de ellas, algo tan simple como tener cuartos de baño en los colegios. «En el que yo estuve trabajando, del que han salido presidentes del Gobierno, no tenían ninguno y las aulas eran de paja».

La actividad de sensibilización, cuyos objetivos principales fueron dar a conocer otras realidades sociales y ofrecer alternativas de ocio infantil a los niños, también incluía un taller de dibujo en el que los escolares transmitieron sus impresiones sobre una serie de fotografías tomadas en sus viajes a Marruecos, Níger y Nepal.

En el país magrebí Pablo Fernández se encontró hospitalidad a raudales y situaciones muy dispares. «No es lo mismo una gran ciudad como Tánger o Agadir que un núcleo rural». Lo corroboró el educador marroquí Badr Rabih, otro de los integrantes de Ayuro, que ayer explicó a los niños que en su país no se celebra la Navidad y apenas se conoce, salvo por lo que se ve en televisión. «Sí está difundida entre las personas que tienen más dinero y viajan, pero en las aldeas, no». El equivalente es la fiesta llamada Asura, en la que los niños reciben juguetes.

Rabih lamenta que la realidad de su país no sea bien conocida en España. «A veces pregunto a los niños qué está debajo de España y me dicen que el mar», comenta.

En Nepal Pablo Fernández se encontró con otra curiosa celebración: un día al año se da todo el protagonismo a las mujeres. «Los maridos y el resto de los hombres se marchan de la ciudad o se dedican a trabajar, pero no salen a la calle», indicó.

A los niños les impresionaron las historias sobre culturas tan lejanas y a la hora de realizar dibujos la mayor parte se decantó por plasmar su colegio y su familia. Curiosamente, los pequeños dieron menos importancia a los regalos. «No son lo fundamental de las fiestas, a mí lo que más me gusta es que me reúno con toda la familia», afirmó Celia Cuesta, alumna del Colegio Gesta I.

Lo cierto es que hubo temas para todos los gustos. Adrián Robles escogió esbozar sobre el papel una postal de San Valentín. «Es un día que me encanta porque nos regalamos bombones», comentó.

Benjamín García, Noelia Espina, María Valvidares, María Quintanilla y Silvia Fernández fueron el resto de miembros de la ONG que participaron en la sesión de historias y viajes imaginarios por otras culturas que gracias a la labor de Ayuro desde ayer están un poco más cerca para un grupo de niños asturianos.

«Hay otras realidades, los pequeños deben aprender a valorar la diversidad cultural»

<Pepa Pérez >

Economista y voluntaria