Cascos, que entró directamente al edificio, les esperó en una sala del primer piso, sin recibir a la Ministra a pie de coche. Fue en la misma sala en la que un lejano 22 de enero de 2004 anunciaba su decisión de dejar la política. Terminado el acto, el Presidente regional fue el primero en abandonar la Delegación del Gobierno, acompañado por el consejero de Presidencia, Florentino Alonso, y sin responder a los mensajes de Gabino de Lorenzo. Ya por la tarde, en una rueda de prensa sobre el recorte en la producción anunciado por la fábrica de aluminios Alcoa, Cascos rompió el silencio que desde el pasado jueves mantenía sobre el nombramiento de Gabino de Lorenzo. «No tengo ninguna valoración relevante al respecto», dijo.

«Los nombramientos son competencia exclusiva de quien tiene que hacerlos», explicó Cascos. «Soy más o menos polémico con otros asuntos, pero muy respetuoso con las casas ajenas», añadió. «Desde el día en que tomé posesión como presidente del Principado no hay más que una actitud con el Gobierno de España, y éste sabe, igual que el anterior, que cuenta con el mismo espíritu de respeto y colaboración leal por nuestra parte. No hubo ni hay ni espero que haya cambios», apostilló.

Álvarez-Cascos también aludió a las peticiones de «solidaridad» de Gabino de Lorenzo para salir de la crisis. En palabras del Presidente, su solicitud para entrevistarse con los ministros de Industria, Hacienda y Fomento no busca «pedir privilegios ni ventajas, sino reclamar que Asturias sea tratada con criterios de justicia y solidaridad a la hora de asumir el reparto de las cargas».

De vuelta a la mañana, la ministra Ana Mato llegó a Oviedo desde Santander, donde asistió a la toma de posesión del delegado del Gobierno en Cantabria. La de ayer, aunque fugaz, fue la primera visita a Asturias de un miembro del Ejecutivo de Mariano Rajoy. Mato, como De Lorenzo, ofreció la «colaboración» del Gobierno de España al Ejecutivo del Principado para mejorar el «bienestar» de los asturianos. «Todos estamos orgullosos de nuestras convicciones e ideologías, pero desde el Gobierno hay que servir y dialogar con todos por igual», alertó la Ministra, que además es vicesecretaria de organización del PP nacional. Mato, como De Lorenzo, saludó al Presidente regional antes del inicio del acto y compartió con él una breve conversación al terminar.

Cascos, con gesto adusto, siguió la toma de posesión rodeado de la plana mayor del Partido Popular en Asturias. A su derecha, el presidente de la Junta General, Fernando Goñi, secretario general de los populares en el Principado. Tras él, el presidente del PP regional, Ovidio Sánchez, y un poco más allá, en la primera fila, el ya alcalde de Oviedo en funciones, Agustín Iglesias Caunedo. Entre las ausencias, la de la ex delegada del Gobierno Mercedes Fernández, «Cherines», que no pudo asistir por compromisos en el Congreso de los Diputados.

De Lorenzo en su discurso mostró su cariño por el ex alcalde socialista Antonio Masip, y se refirió también a dos de los ausentes: el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, de viaje fuera de España, al que envió «un abrazo», y el líder del SOMA-FIA-UGT José Ángel Villa, al que deseó «una pronta recuperación», antes de anunciar una próxima reunión con los representantes sindicales en el Principado.

Tras la jura del cargo llegó la despedida del delegado del Gobierno saliente, Francisco González Zapico, que sustituyó a Antonio Trevín a principios de octubre. Zapico agradeció el trabajo «encomiable, magnífico a pesar de las dificultades», del personal de la Delegación, «que no regateó ningún tipo de esfuerzo». También encomendó a su sustituto hacer reales sus deseos «y los de todos los asturianos: conseguir mejorar la economía y las infraestructuras, acabar con el desempleo y mejorar el Estado del bienestar».

Unos 150 invitados se amontonaron en la sala preparada para la toma de posesión del nuevo delegado. Arropando al ex alcalde estuvieron casi todos los concejales del PP en el Ayuntamiento de Oviedo, algunos ex concejales y sus más próximos colaboradores en las dos décadas que De Lorenzo estuvo al frente del Consistorio ovetense. También el secretario general de la Federación Socialista Asturiana (FSA), Javier Fernández; el ex presidente Vicente Álvarez Areces, la portavoz del PP en la Junta, Isabel Pérez-Espinosa, los diputados y senadores del PP, las autoridades judiciales asturianas, encabezadas por el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Ignacio Vidau, y el fiscal jefe, Gerardo Herrero, y los principales mandos del Ejército, la Guardia Civil y la Policía Nacional.

El discurso de la ministra de Sanidad, Ana Mato, cerró el acto en la Delegación, antes de partir en coche rumbo a Madrid. Además de ofrecer al Gobierno regional la «colaboración» del Ejecutivo que preside Mariano Rajoy -del que dijo que está «obsesionado» por la creación de empleo-, Mato aprovechó su intervención para enviar un mensaje a los funcionarios, uno de los colectivos más afectados por los recortes del Gobierno. «Realizan una tarea esencial al servicio de los ciudadanos, y en ellos descansa el trabajo diario de la Administración. Les transmito toda nuestra confianza», dijo la Ministra. También que defenderá una sanidad «de calidad, universal y gratuita». Esta vez, como ocurrió en la toma de posesión de los altos cargos de su departamento, la Ministra tampoco definió la sanidad como «pública».

Mato sí apuntó que, con su presencia ayer en Oviedo, quería transmitir su «cariño» y su «apoyo personal» al nuevo delegado. A su juicio, Gabino de Lorenzo «será recordado como alcalde por su diligencia y buen hacer», y por la «extraordinaria transformación» que durante sus mandatos ha experimentado la ciudad.

De Lorenzo dio las gracias «a Dios» y a su «maravillosa familia», que ayer le acompañó: su mujer, Rita María Álvarez, sus dos hijos y sus dos nietos, Mateo y Jimena. Para ellos fueron sus últimas palabras, las menos institucionales y más cariñosas, al recordar cómo al preguntarle un día a su nieto a qué se dedicaba su abuelo, él contestó: «Habla». «Para que un día no pueda decir que soy un pelmazo, aquí finalizo mi discurso», terminó. Fuera les esperaba una sorpresa: la Banda de Gaitas «Ciudad de Oviedo», que le acompañó en su mudanza.