Álvaro Flórez Estrada, una de las primeras voces que proclamaron en la España invadida por los franceses la necesidad de convocar Cortes, ya en junio de 1808, también respondió a la «consulta al país» que hizo la Comisión de Cortes de la Junta Central. Tras el golpe del general marqués de la Romana, el 2 de mayo de 1809, que disolvió la Junta Suprema de Asturias, en la que Flórez Estrada era procurador general, éste salió de Asturias y consiguió llegar a Sevilla, donde estaba entonces la Junta Suprema. Y a la Comisión de Cortes de la Junta Central, hizo llegar Flórez Estrada, el 1 de noviembre de 1809, un escrito titulado «Constitución para la Nación española». Era el tercer proyecto constitucional que se elaboraba en España, y constaba de 117 artículos. Para Flórez Estrada, «los males de una nación» no podían remediarse más que «con una buena Constitución y unas buenas leyes». Institución clave, en su proyecto, era el Parlamento, al que llama «Congreso nacional soberano» o «Congreso soberano de la nación».