Michael O'Leary, presidente de la compañía de bajo coste Ryanair, estuvo ayer en el aeropuerto de Santander para presentar la nueva ruta entre la capital cántabra y Edimburgo, que entrará en servicio la próxima primavera. Antes de tomar un avión con rumbo a Marsella, el irlandés, que posó como una estrella para los fotógrafos, atendió a LA NUEVA ESPAÑA en las instalaciones aeroportuarias de Parayas, para pasar revista a la actualidad de su aerolínea, que conecta Asturias con Madrid, Barcelona y Canarias.

-Ryanair está a punto de cumplir un año en el aeropuerto de Asturias. ¿Qué balance hace y qué previsión de futuro tiene?

-Nuestro objetivo, al igual que en Santander, es seguir creciendo. El resultado en Asturias es positivo. Estamos hablando con el Gobierno regional sobre la posibilidad de poner en marcha alguna nueva conexión desde el Principado, con Gran Bretaña y Escandinavia. No hay nada cerrado. Todo está sujeto a lo que pase con la política de expansión de la compañía en general. A, por ejemplo, si llegan nuevos aviones en los próximos meses. Pero la posibilidad de que haya esas nuevas conexiones está abierta.

-¿Hay posibilidad de dar marcha atrás a los recortes de frecuencias en las conexiones con Madrid y Barcelona?

-Se podría reconsiderar, pero si hay un cambio por parte del Gobierno y es él el que da marcha atrás al incremento del precio de las tasas aeroportuarias.

-¿Y cree que lo hará?

-Sí. Creo que habrá una reacción, pero el Gobierno tardará tiempo en darse cuenta del impacto negativo de esta medida en el tráfico y en los puestos de trabajo. Los datos de 2011 ya muestran un descenso de 100 millones de pasajeros, que podría ser de 180 millones este año.

-En Asturias está habiendo numerosas críticas al respecto. ¿No son demasiado inflexibles con el tamaño del equipaje de mano?

-Es que debe ser así. Si no eres estricto, la gente no se lo toma en serio. El nivel de ocupación en nuestros aviones se sitúa en torno al 82%, con una media de 150 o 160 pasajeros a bordo. Por tanto, si no se respeta la política de equipajes, puede haber problemas. Es cierto que quizás, a veces, se sobrepasan ciertos límites. Por un exceso de medio kilo o de unos centímetros en la maleta no debería haber problema para embarcar. Pero tenga en cuenta que operamos en más de 175 aeropuertos y que hay multitud de agentes de «handling» (embarque). Algunos son muy estrictos con la normativa y otros levantan un poco más la mano. En este sentido, lo que buscamos es que todo el personal aplique lo que dice la normativa, pero actuando también con sentido común.

-¿Podría cubrir Ryanair los huecos que deje Iberia a partir de la reorganización de la compañía española?

-Es difícil, porque la inmensa mayoría del tráfico de Iberia pasa por Barajas y ahí se han duplicado las tasas. Esos huecos quedarán sin cubrir hasta que el Gobierno reconsidere ese incremento, incomprensible en un país en el que tanta importancia tiene el turismo y en el que hay un paro juvenil del 50%.

-¿Qué le diría a un viajero que, a la vista de ciertas informaciones e incidentes, ponga en duda la seguridad Ryanair?

-Le remitiría al comunicado conjunto, del pasado 16 de septiembre, en el que las autoridades aeronáuticas de España y de Irlanda ponen de manifiesto que los niveles de seguridad de nuestra compañía están a la par con cualquiera otra aerolínea de Europa. No existe ninguna prueba de fallos de seguridad y muchas de esas falsas informaciones y acusaciones vienen por parte de pilotos que no dan ni la cara y no fundamentan lo que dicen.

-Pero este verano, en Valencia, hubo tres aviones que pidieron prioridad para aterrizar por problemas de combustible.

-Fueron incidentes aislados de entre más de un millón de vuelos anuales. Aun así, la investigación llevada a cabo puso de manifiesto que esos aviones aterrizaron en Valencia después de volar una hora más de lo que tenían programado y que, además, lo hicieron con combustible para más de treinta minutos de vuelo. La investigación oficial también dice que los pilotos siguieron la normativa de seguridad en todo momento.

-También se publicó que Ryanair acumulaba antes del verano más de 1.200 incidencias de seguridad en España.

-Quedó claramente demostrado que esa información era falsa. Y así lo indicó el Ministerio de Fomento a través de una notificación. Mire: los números hablan por sí solos. Nuestro crecimiento aquí, en Santander, en España y en Europa, dejan bien a las claras que los pasajeros no se creen en absoluto esas informaciones. Cada vez viajan más con nosotros y lo hacen sin ningún problema.

-¿Se sintió maltratado por Fomento cuando, el pasado verano, arreció la polémica sobre la seguridad en sus aviones?

-Vaya por delante que la seguridad de los vuelos es una materia que no debería ser competencia de políticos, sino de expertos. El Ministerio se limitó a desmentir falsas informaciones y, en ese sentido, no tengo nada que reprocharle.

-Si todas las informaciones son falsas, ¿hay una mano negra contra Ryanair?

-No lo calificaría así. Sí que existen iniciativas de determinados colectivos, como el (sindicato de pilotos) SEPLA o los controladores, que aprovechan cualquier oportunidad que tienen para hacer falsas declaraciones en contra de Ryanair, como sucedió el pasado viernes en un reportaje emitido por La Sexta. Ya hemos tomado medidas y hay procesos penales abiertos, por ejemplo, contra el SEPLA. Repito. Más de un millón de vuelos sin ningún tipo de incidencia. Los datos cantan.

-¿Han cambiado la política de combustible?

-No se han efectuado cambios. Seguimos basándonos en que son los propios comandantes quienes deciden la cantidad de combustible que se pone.

-¿No les presionan para que lo racionen?

-No. En todo caso, si hay presiones es para que pongan más combustible. Tenemos más de 1.500 vuelos al día y el 54% de los comandantes decide cargas extra de combustible. No creo que se sientan bajo presión. La realidad y los datos están ahí. Nuestra seguridad en 28 años de actividad es absolutamente impecable y así lo seguirá siendo.

-¿Qué previsiones tiene la compañía para 2013?

-A pesar de la situación económica y de que se reducirá el número de operaciones y de pasajeros tanto en el aeropuerto de Madrid como en el de Barcelona por el asunto del incremento de las tasas, aspiramos a continuar siendo la compañía líder en España.