La lista de actuaciones se completan con la implantación de cultivos frutícolas tradicionales, la puesta en marcha de una certificación de las explotaciones y la creación de mecanismos que garanticen la preservación de las razas autóctonas y de variedades de cultivos locales.

Paisaje. Casi una tercera parte de la superficie de la región se encuentra bajo alguna figura de protección. Esta característica, señala el documento, se puede vincular a los productos asturianos, de forma que suponga una ventaja comparativa y un elemento de diferenciación. Para ello, se plantea potenciar la formación y concienciación del sector agrícola sobre la conservación del medio ambiente, la revisión de la ordenación y la legislación que permita solucionar los problemas de forma ágil, fomentar la eficiencia energética, apoyar las actividades que contribuyan a la captación de dióxido de carbono y potenciar con un sello de calidad los productos obtenidos en espacios protegidos.

Simplificación administrativa. En Asturias, cada concejo tiene su propia normativa urbanística y sus propias ordenanzas. Cuando la actividad que se pretende realizar se encuentra en el límite administrativo de dos municipios, pueden darse discrepancias entre ambos, sin que existan criterios básicos de coordinación. Por eso, el plan estratégico sostiene que hay que establecer mecanismos que favorezcan la coordinación entre las administraciones locales, impulsar los sistemas de ayuda y asesoramiento dirigidos a los titulares de las explotaciones y potenciar los sistemas telemáticos de gestión administrativa.

Población. El proceso de industrialización de la región ha tenido como consecuencia que el 80 por ciento de la población se localice hoy en la área central. En contrapartida las denominadas alas han sufrido un importante proceso de despoblación y envejecimiento. Los autores del plan explican que es prioritario buscar fórmulas para un reequilibrio territorial. Algunas de esas fórmulas son revisar las directrices regionales de ordenación del territorio, completar la dotación de equipamiento y servicios básicos dentro de los núcleos rurales, incentivar el asentamiento de nuevas actividades en los pueblos y establecer incentivos de tipo fiscal para la integración de la mujer y de la juventud en el campo.