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Religión en la escuela, ¿razón o fe?

La delegada episcopal de enseñanza, Pilar Hernández, y el presidente de Asturias Laica, José Luis Iglesias, argumentan sobre el valor académico y espiritual de la asignatura

Pilar Hernández y José Luis Iglesias, junto a la sede de LA NUEVA ESPAÑA. NACHO OREJAS

El curso escolar está a punto de finalizar con una guerra abierta, la de la Religión. Religión como asignatura sí o no. LA NUEVA ESPAÑA reunió en un debate a la delegada episcopal de enseñanza y catequesis, y profesora de Religión, Pilar Hernández, y a José Luis Iglesias, presidente de la asociación Asturias Laica, que propugna la desaparición de la Religión en las escuelas.

PILAR HERNÁNDEZ. "Echamos de menos un debate social sereno sobre el tema, que ni es blanco ni es negro, sino que tiene una enorme gama de grises".

JOSÉ LUIS IGLESIAS. "La pregunta es si interesa a la opinión pública ese debate o interesa solo el espectáculo. Reflexionar requiere esfuerzo".

P. H. "El punto de partida es plantearse cuál es el fin de la escuela. Y para mí es proporcionar una formación plena para conformar la identidad de la persona. Los seres humanos no nacemos hechos, necesitamos a otros. Y la escuela vale para eso".

J. L. I. "Pero ninguna religión es educación. Solo es adoctrinamiento. Doctrina es fe, no razón. Partimos de la base de que enseñanza y educación son dos conceptos distintos".

P. H. "De acuerdo. Son conceptos diferentes pero fundamentales. La escuela tiene la obligación de enseñar y educar. Saber, saber ser, saber hacer y saber convivir. La dimensión cultural del mundo no se puede entender sin la clave religiosa".

J. L. I. "Desde mi punto de vista ni enseñáis cultura ni arte ni valores. Enseñáis doctrina católica y, es más, se utiliza la cultura para adoctrinar. Yo me muevo en el ámbito exclusivo de la racionalidad, nada que ver con el terreno del oscurantismo".

P. H. "La Religión no es oscurantista".

J. L. I. "Lo es, lo es. El fundamento de la Religión son las creencias, conceptos no verificables, fantasías y palabrerías".

P. H. "La Religión contesta a muchas preguntas, y claro que tiene sentido. Todo el sentido del mundo. Cinco mil millones de personas en la Tierra consideran que la Religión sí da respuestas y un sentido a la vida, así que no todo es tan fantástico e ilusorio".

J. L. I. "Me pregunto qué es el sentido de la vida".

P. H. "Pues de dónde venimos y a dónde vamos".

J. L. I. "Eso ya lo contestó Darwin".

P. H. "Las teorías evolucionistas están muy bien pero la evolución no me deja tranquila desde el punto de vista existencial. El hecho religioso acompaña desde siempre al ser humano".

J. L. I. "A mí no me vale lo de los cinco mil millones. Puede haber cinco mil millones de seres equivocados. El argumento de la cantidad lo invalidó en su día el caso de Galileo Galilei".

P. H. "Al margen de cuestiones generales las familias españolas demandan que les ayudemos en la educación de sus hijos".

J. L. I. "Se puede enseñar magia o quiromancia, pero eso no es educación".

P. H. "Hombre, si alguien parte de la base de que el hecho religioso es absolutamente anticientífico..."

J. L. I. "Yo lo que digo es que algo basado únicamente en creencias sin posibilidad de verificación tendría que reducirse al ámbito privado de las personas, mientras que la educación en una sociedad plural es el espacio de lo público".

P. H. "No se transmiten solo creencias. Las clases de Religión no solo se plantean desde el ámbito de la fe sino desde el de la razón. El lugar de la catequesis es la parroquia y el lugar de la Religión es la escuela, porque desde la escuela se transmiten conocimientos. Los profesores de Religión no son catequistas sino universitarios. Bastante tienen que soportar algunos en sus claustros con acusaciones injustas de catequizar a los alumnos".

J. L. I. "Se transmiten conceptos, insisto, que parten de conceptos vacíos".

P. H. "Dios no es un concepto vacío".

J. L. I. "Ah, ¿no? Cristo vivió, Cristo murió. Para la Historia y para la ciencia, ahí se acaba. La idea de la resurrección es absurda".

P. H. "Pero vamos a ver. La figura de Jesús es de tal envergadura que hay que estudiarlo".

J. L. I. "Pero si yo en eso estoy de acuerdo. Desde el punto de vista de la ética, un hombre importante".

P. H. "No hay una sola familia coaccionada para que sus hijos estudien Religión. Ni una. La Religión se oferta, y quien quiera conocer la realidad desde el ámbito cristiano, puede".

J. L. I. "Y lo pagamos todos. Los que quieren Religión y los que no la quieren. ¿Realmente hablamos de una necesidad social?"

P. H. "Pues sí. Eso lo marca la demanda. Y hay demanda".

J. L. I. "Si mañana los padres quieren circo, ¿les ponemos circo porque así lo demandan?"

P. H. "Esto es mucho más serio que eso, si me lo permite. En el currículo educativo actual hay asignaturas que hubieran sido impensables hace veinte años. Ahora se habla de incluir la asignatura de Ajedrez. Pues muy bien. pero con la Religión el tema es que hay muchos padres que demandan un determinado modelo educativo".

J. L. I. "Un modelo que sirve para catequizar".

P. H. "Me niego a que se llamen catequistas a los profesores".

J. L. I. "Pero si en el currículo recién aprobado por el Ministerio se habla de adoctrinamiento. A mi me parece absurdo que un ministro de un Estado aconfesional como el nuestro firme un currículo como este. Bueno, no me debería de sorprender porque los currículos se hacen desde la Conferencia Episcopal".

P. H. "En las clases de Religión no se puede obviar el credo, pero para estudiar Religión no hay que ser ni siquiera creyente. Tengo alumnos que se declaran ateos pero que quieren saber, entender a los demás, participar en un diálogo intercultural enriquecedor".

J. L. I. "En Europa Laica tenemos muchos cristianos de base, que entienden que las creencias religiosas forman parte del mundo privado de cada cual. Y claro que el Estado tiene que proteger esas creencias".

P. H. "Protección que está recogida en la Constitución española. Artículo 27. Libertad para elegir el modelo educativo".

J. L. I. "A ver. Lo que dice la Constitución es que los poderes públicos garantizarán la formación religiosa y moral".

P. H. "Pues eso".

J. L. I. "No es lo mismo. La Constitución no cita el concepto educación ni que esa formación haya que impartirla en los centros educativos, así que desde mi punto de vista no podéis apoyaros en la Constitución para decir que se garantiza el derecho a la Religión".

P. H. "No es así porque el concepto formar engloba enseñar y educar. Lo que pasa es que hay muchos docentes a los que les gustaría enseñar sin educar. Decir que la Constitución no garantiza ese derecho no tiene sentido".

J. L. I. "El Estado no tiene que pagar ningún adoctrinamiento con los impuestos de todos".

P. H. "O sea, que lo que proponéis es que solamente paguemos con nuestros impuestos los servicios que vamos a demandar".

J. L. I. "No. Lo que digo es que el Estado no tiene porqué financiar una asignatura llena de proposiciones que ni son falsas ni son verdaderas, simplemente son proposiciones carentes de sentido. Es imposible la enseñanza racional de la Religión".

P. H. "Antes se menciona a Europa Laica. Convendría recordar que en la inmensa mayoría de los países europeos este debate está superado. En Finlandia, uno de los países con mejores resultados en las pruebas PISA la Religión es asignatura obligatoria".

J. L. I. "La Iglesia es un lobby poderoso y no se enseñan valores sino barbaridades en temas como el aborto, los anticonceptivos o la investigación con células madre. El Vaticano no reconoce los derechos humanos".

P. H. "Es asombroso, pero usted tiene una visión de la Iglesia de hace seis siglos. Esa Iglesia que tiene en la cabeza ya no existe. Nada que ver. Entérese, a la Iglesia actual le importan las personas y sus problemas".

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