-Defina su ideología.
-En los años de la Transición antepuso su condición de hombre de Estado a sus ideas particulares. Postuló una derecha democrática. Siempre le preocupó lo social. En los 60, desarrolló el Plan de Promoción Obrera, que llegó a 800.000 personas. Torcuato pensaba que "todo hombre es capaz de algo" y que era obligación de la Administración el conseguirlo.
-¿Cómo era?
-Tenía fama de frío y distante, aunque educado y de trato exquisito. Sus hijos le adoraban. Nunca perdió su sentido asturiano del humor, irónico y críptico. Se pasó todos los veranos en Asturias y aseguraba no entender el debate Oviedo-Gijón.
-¿Cómo consiguió que el rey Don Juan Carlos le prologara el libro?
-Entre el listado de personas que me podían contar cosas estaba Don Juan Carlos. Hablé con Enrique, el hijo mayor de Torcuato, y nos pusimos en contacto con La Zarzuela. Todo coincidió con la abdicación. Entiendo el prólogo como una muestra de enorme cariño por su parte a la figura de Torcuato.
