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Materia gris | Los talentos de la Universidad de Oviedo

Rodríguez: "El nacionalismo escocés no se siente derrotado tras el referéndum"

La filóloga, que estudia la obra de escritores contemporáneos de Escocia, destaca que "su creación literaria se multiplicó durante el thatcherismo"

Carla Rodríguez, ante el edificio departamental de la Facultad de Filosofía y Letras. RUBÉN IBÁÑEZ

Un año con beca "Erasmus" en Glasgow para cursar su cuarto año de licenciatura fue tiempo de sobra para que Escocia cautivara a Carla Rodríguez. Esta joven filóloga acumula desde entonces una intensa trayectoria investigadora sobre escritores contemporáneos que encarnan el sentimiento nacionalista cultural en este territorio británico. "El referéndum celebrado hace unos meses que acabó con el 'no' a la secesión del Reino Unido por poco margen ha dejado en muchos sectores una cierta sensación de decepción, pero en ningún caso de derrota", señala la profesora, que también se dedica a estudiar las representaciones literarias actuales de las ciudades escocesas, como integrante de un amplio grupo de especialistas de varios países.

Rodríguez se apasionó de Escocia a través de sus autores, a los que no ha dejado de leer desde que entró en contacto con ellos. "Durante mi curso en Glasgow, tuve acceso a una serie de conocimientos especializados que no me ofrecían los estudios en España", dice, para explicar toda su labor investigadora, que ha dedicado a decenas de autores de géneros tan diferentes como la novela o el teatro que han desarrollado su obra desde la década de los ochenta hasta la actualidad, como es el caso de Liz Lochhead, Jackie Kan, Alasdair Gray o James Kelman, por citar algunos.

"En Escocia, la vertiente cultural del sentimiento nacionalista está estrechamente ligada a la política. De alguna forma se puede decir que la cultura se convirtió hace tiempo en agente de movilización política y social", señala Rodríguez, que encuentra estrechos vínculos entre la producción literaria en esta nación y su evolución histórica. "Lo uno va ligado a lo otro. Por ejemplo, tras el referéndum fallido de 1979, se produce una reacción de la cultura ante lo que considera como un decrecimiento del espíritu nacional, en pleno thatcherismo", comenta la docente. "Esto propiciará una gran producción cultural durante los años siguientes. Se produce una implicación directa con lo que hacen los intelectuales, convertidos en auténticos agentes movilizadores de la nación", remata. Fruto de ese clímax creador es "Lanark", novela paradigmática de las letras escocesas contemporáneas.

Esa ebullición bajó varios grados a finales de los noventa, tal y como refleja Rodríguez en sus estudios, coincidiendo con una nueva consulta popular que acabó, en 1997, con la devolución de la capacidad legislativa propia a Escocia a través de un parlamento autónomo. "Digamos que, en ese momento, los autores dejan de sentir la presión de liderar el sentimiento nacionalista", afirma la especialista.

Las investigaciones de Rodríguez van más allá de analizar el impacto que tiene la esfera cultural en los movimientos políticos y sociales escoceses. Además, estudia otras variables fundamentales para conocer esa realidad compleja. "A pesar de que el nacionalismo escocés siempre se ha tenido a sí mismo como cívico y no como étnico, no ha sabido ganarse las reivindicaciones de algunas minorías, como la comunidad de inmigrantes procedentes de algunos países asiáticos", destaca. Una realidad que también se vislumbra a través de las letras. "Es significativo que estas mismas minorías apenas hayan sido representadas literariamente. En algunos casos, es como si no fueran plenamente visibles en el imaginario colectivo", prosigue.

Los trabajos de esta castrillonense de Salinas también han puesto de relieve el creciente protagonismo de las voces femeninas en la literatura escocesa, un fenómeno que "no responde a la casualidad, sino más bien al nuevo papel que juegan las mujeres en el movimiento nacionalista". "Conocer una nación a través de sus escritores es apasionante por muchas motivos. Pero, sobre todo, porque permite hacerse una idea bastante precisa del pensamiento y de las circunstancias que mueven el sentir colectivo", concluye la profesora, toda una experta en leer entre líneas el pálpito de los pueblos, capítulo a capítulo.

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