Una mujer fallecida y más de 30 heridos atendidos en centros sanitarios fue el balance del grave accidente registrado el 26 de julio del año pasado en el "tramo negro" de la Transcantábrica, donde, previamente, y transcurridos apenas cinco meses desde su entrada en servicio, ya habían tenido lugar varios choques múltiples, aunque sin víctimas mortales. La intensa niebla, que provoca que en ocasiones la visibilidad sea prácticamente nula, fue la causante de estos siniestros, por lo que la Dirección General de Tráfico (DGT) se decanta ahora por el cierre del trayecto en tales circunstancias, derivando la circulación a través de la antigua carretera N-634 por Mondoñedo y el alto de La Xesta.

Conocedores del problema, durante la fase de construcción de la vía las empresas instalaron tres kilómetros de balizas luminosas, dos pórticos de señalización variable en función de las condiciones de visibilidad, una estación meteorológica y una cámara de televisión. Sin embargo, todas esas medidas se revelaron insuficientes, por lo que el Ministerio de Fomento decidió potenciarlas con carteles y señales de refuerzo de alta reflectancia y limitaciones de velocidad a ochenta kilómetros por hora, paneles con mensajes en el enlace de Mondoñedo para facilitar información del estado de la vía, cámaras de vigilancia y estaciones meteorológicas adicionales. Un esfuerzo que tampoco ha dado resultado a juzgar por el último gran corte de tráfico por niebla, de cuatro días de duración. La solución tendrá que ser más en profundidad. Un falso túnel parece la preferencia de los especialistas y de los técnicos del Ministerio.