El Ministerio de Fomento ya tiene el proyecto para erradicar de forma definitiva el "fondo de saco" de la estación de León, en la que los trenes de Asturias pierden veinte minutos en maniobras de entrada o de salida, una situación que además obliga a circular a los Alvia con los pasajeros sentados en el sentido contrario al de la marcha en el tramo que va de Gijón a la capital de la provincia vecina, incluyendo el sinuoso paso por el puerto de Pajares. Las claves de este proyecto son la ampliación de la estación actual en unos 450 metros cuadrados, andenes soterrados similares a los que hay en la estación ovetense de Llamaquique, con dos vías pasantes para los trenes del Principado, y un trazado bajo tierra de 500 metros para salvar el tramo que quedó fuera de servicio y hasta sin railes cuando se erradicó el paso a nivel de El Crucero.
De acuerdo con los estudios que ya han trascendido, los trenes de Asturias en dirección a Madrid entrarán en León por un tramo soterrado que arranca justo antes del paso a nivel de El Crucero. Los convoyes se detendrán en los nuevos andenes que se ubicarán bajo la terminal actual, que será ampliada, y saldrán directos hacia Palencia, Valladolid y Madrid sin necesidad de realizar maniobras. La operación será a la inversa para los trenes que circulen en dirección al Principado.
Según los cálculos de Fomento, esta alternativa para acabar con el "fondo de saco" se iniciará a comienzos del año que viene y costará unos 80 millones de euros. Es una actuación mucho más modesta que el gran soterramiento que proyectó Zapatero para la integración del ferrocarril en la capital de la provincia vecina y que quedó arruinado por la crisis.
La entrada en servicio del "fondo de saco" de León, el 18 de marzo de 2011, marcó el inicio de un proceso de deterioro del servicio ferroviario entre Asturias y Madrid que no se ha detenido desde entonces. La terminal que iba a ser provisional y que se ponía en funcionamiento para la que entonces se anunciaba como inmediata llegada del AVE a la provincia vecina, algo que todavía no ha sucedido, impide la continuidad de las circulaciones de los trenes de Asturias. A partir de aquel día de marzo, los Alvia se vieron obligados a realizar maniobras de entrada o de salida en la terminal en la que perdían más de 20 minutos. Los tiempos de viaje de Gijón a la capital de España pasaron entonces a las cinco horas y media, y al entorno de las cinco horas desde Oviedo. Renfe acabó con la maniobra del "fondo de saco" en junio de 2013, pero, a cambio, obliga desde entonces a los viajeros a circular sentados en el sentido contrario al de la marcha entre Gijón y la capital de la provincia vecina. Esta medida debería de haber permitido reducir en diez minutos el tiempo de desplazamiento a Madrid, pero apenas ha tenido incidencia en la duración del viaje, ya que lo que se gana en León se pierde en otros puntos de la Meseta a causa de las obras de construcción de la línea de AVE. Lo que sí ha conseguido Renfe con esta decisión son numerosas protestas de los usuarios que se marean en Pajares.
La operadora lleva años haciendo oídos sordos a la unánime reclamación política y social de Asturias para que mejore la cartelera del Alvia entre Asturias y Madrid. Pero todo lo más que ha hecho es poner dos trenes directos a la semana, uno hacia Gijón los viernes y otro hacia Madrid los domingos, negándose a ampliar esta oferta de servicios sin paradas pese a reconocer que se trata de los trenes con más ocupación de toda la red de ferrocarriles. León, pese a aportar muchos menos viajeros que Asturias, tiene casi el triple de convoyes sin transbordo a Chamartín.
Renfe también puso en marcha en junio del año pasado un plan de refuerzo del Alvia con Madrid. Los trenes desaparecieron de la cartelera en septiembre y no aparecen en la de este verano, de la que también se caen todos los servicios sin transbordo en Madrid con Córdoba, Sevilla, Jerez y Cádiz.