Dulce María Solar Sánchez es la jefa del servicio de neurología del Hospital de Cabueñes. Ayer participó en la reunión "Las mil caras astur-leonesas: síntomas asociados a la espasticidad debida a esclerosis múltiple", que se celebra en Gijón para presentar el Consenso Español del Manejo de los Síntomas Asociados a la Espasticidad en Esclerosis Múltiple y compartir sus puntos de vista en el manejo de los síntomas.
-¿En qué consiste la espasticidad en la esclerosis múltiple?
-Es un aumento de todo de los músculos, y se manifiesta con la rigidez en las piernas, en los brazos, dificultad para caminar, calambres, espasmos... Es como cuando se tiene la musculatura muy rígida, que dificulta hacer una vida normal y puede llegar a ser doloroso, con espasmos, dificultades del sueño. El 80 por ciento de los pacientes de esclerosis múltiple tendrá espasticidad a lo largo de su enfermedad. Es uno de los síntomas que más impiden hacer una vida normal.
-¿Cuántos afectados hay ahora mismo por esclerosis múltiple en Asturias?
-En Asturias calculamos que habrá unos mil afectados, y en el área de Gijón unos 400.
-¿Cómo ha evolucionado la enfermedad?
-Hay muchos más diagnósticos porque ahora se puede diagnosticar con más facilidad. Hay más métodos y los diagnósticos se hacen mucho antes. De todas maneras, necesitaríamos estudios epidemiológicos nuevos que nos indicaran si realmente aumentaron la incidencia y la prevalencia de la enfermedad, porque en los años 80 calculamos en Gijón que se producían 1,6 o 2 casos por cada 100.000 habitantes al año, pero ahora estamos viendo que aparecen más y estamos ya en casi 3 casos nuevos por 100.000 habitantes y año. Uno de los proyectos que tenemos es repetir el estudio epidemiológico en esclerosis múltiple y ver exactamente si aumentó la incidencia de casos o sólo se debe a que se diagnostica mejor.
-¿Por qué se puede haber incrementado el número de casos, al margen del mejor diagnóstico?
-Es una enfermedad de la que no conocemos la causa última y todo son teorías. Hay un sustrato genético muy difuso, y parece que hay factores ambientales importantes, infecciones, la vitamina D, los tóxicos ambientales... Pero sí que parece que es una enfermedad fundamentalmente de áreas industrializadas y civilizadas.
-¿Hacia dónde se mueve la investigación en la enfermedad?
-Se está intentando, por una parte, buscar cuál puede ser la etiología, el origen último, para tratar de llegar a una curación de la enfermedad, y en los últimos años se ha mejorado mucho en los tratamientos, aunque no sean para curar, sí para intentar frenar la evolución de la enfermedad. Y se está investigando mucho en marcadores pronósticos, en tratar, cuando se diagnostica la enfermedad, de decirle al paciente si su enfermedad va a ser más o menos agresiva y, según esos factores, buscarle el tratamiento más adecuado. Ahora mismo hay muchos tratamientos disponibles e intentamos hacer un tratamiento a la carta. Y como es una enfermedad autoinmune y degenerativa se investiga también en el campo de las células madre.
-¿Qué papel desempeñan los fármacos?
-Son un patrón importante. Por una parte, tenemos los tratamientos de base de la enfermedad que van a actuar sobre el mecanismo que la ocasiona, y luego están los fármacos que tratan los síntomas que provoca la enfermedad. En el caso de la espasticidad, en la reunión que vamos a mantener hablaremos de cómo tratarla como síntoma y aliviar esos síntomas. Cada vez hay fármacos más potentes y es una de las cosas en las que podemos mejorar la calidad de vida de los pacientes.
-¿Cuánto ha mejorado la calidad de vida de los pacientes?
-Mucho. En el caso de la esclerosis múltiple, de unos 25 años para acá se ha pasado de no existir ningún tratamiento para nada a existir muchos fármacos de los que cada uno tiene su parcela donde actuar y ser eficaces. Se ha mejorado mucho tanto en la evolución de la enfermedad como en los síntomas que produce.
-¿Se llegará a tener una cura para esta enfermedad?
-Esperemos que sí, porque, aunque no es una enfermedad muy frecuente, sí que afecta a la gente joven. Es un factor muy importante, el inicio de la enfermedad suele ser entre los 20 y los 30 años, y es una dolencia grave. Espero que pueda existir un tratamiento que realmente la cure, pero no va a ser a corto plazo.
-¿Por qué afecta más a las mujeres?
-Todas las enfermedades autoinmunes afectan más a las mujeres, porque existe un factor hormonal. Los estrógenos son hormonas proinflamatorias y facilitan la inflamación en el organismo. Todo este tipo de enfermedades son más frecuentes en mujeres jóvenes y en edad fértil.
-¿Hay alguna forma de prevención?
-No, no la hay realmente. Se habla mucho de la vitamina D, porque está baja en prácticamente todos los pacientes de esclerosis múltiple. Se intenta suplementar las dietas, sobre todo en mujeres y en zonas donde el sol no es muy abundante, como pasa en Asturias. También se recomienda que la alimentación sea lo más sana posible, evitar las grasas poliinsaturadas; seguir una dieta mediterránea puede ser una forma de prevención. Pero hay gente que hace una vida sana perfecta que nunca ha tenido tóxicos y que, sin embargo, puede tener una esclerosis múltiple.