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ETELVINO GONZÁLEZ | Autor del libro "Teodomiro Menéndez, político y sindicalista", que hoy presenta en el Club Prensa Asturiana

"Teodomiro Menéndez fue clave en el socialismo asturiano"

"El primer gobernador civil de la región en la República impulsó los proyectos de varios puertos, entre ellos El Musel"

El maliayés Etelvino González ha buceado en la historia de uno de los socialistas asturianos que ha sido clave "en la historia y progreso de la región", Teodomiro Menéndez. Ha plasmado en un libro sus investigaciones e indagaciones, que le han tenido ocupado durante más de dos años. La obra se presenta esta tarde, a las ocho, en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA, en Oviedo. El presidente de la Fundación Indalecio Prieto, Alonso J. Puerta, se ha encargado de prologar este libro sobre el político y sindicalista. Esta entidad y la Fundación José Barreiro han colaborado en la edición, que ya ha cosechado muy buenas críticas. Etelvino González destaca que descubrió gratamente que el Comité Republicano Socialista le nombró primer gobernador civil de Asturias en la República.

-¿Quién era Teodomiro Menéndez?

-Un político y sindicalista que nació en Oviedo en 1878 y murió en 1978, justo dos días después de cumplir los 100 años. Descubrí que aunque se le daba por nacido en 1879, en los registros civil y eclesiástico, que son los que cuentan, consta 1878. De joven estudió en el seminario de Oviedo, lo que le influyó más en su formación que en su vida. También descubrí su entrada y trabajo en la Extensión Universitaria. Era un hombre cultísimo y un gran estudioso.

-¿Cuál fue su papel en Extensión Universitaria, vinculada a las actividades que conjuntamente realizaba con el Centro Obrero?

-Fue el alma obrera de la Extensión Universitaria. Por un lado, promovió viajes y salidas culturales y, por otro, organizó conferencias en el Centro Obrero. Se encargaba de escribir la crónica para la revista socialista "La Aurora Social".

-También fue edil en el Ayuntamiento de Oviedo, donde tienen bien presente su figura...

-Fue un concejal muy activo durante doce años. Por eso, siendo alcalde Antonio Masip, le dedicaron una calle en Oviedo. También fue diputado por el distrito de Gijón y por Asturias, en dos ocasiones. Además fue compromisario a la elección de presidente de la República. Él proclamó la República en Oviedo y el Comité Republicano Socialista le nombró primer gobernador civil de Asturias en la República, en 1931. Reproduzco el acta de proclamación en el libro. Por lo que sólo esto le convierte ya en un personaje. Lo descubrí gratamente en la hemeroteca. Además, fue nombrado magistrado del Tribunal de Cuentas de la República y siendo Indalecio Prieto ministro de Obras Públicas le nombró subsecretario. Desde ese puesto impulsó proyectos tan relevantes para el Principado como los del puerto de San Esteban de Pravia, del Musel (Gijón) y el de Lastres (Colunga). Además, con él se hizo el de Tazones, que entonces era un pedrero. Hizo muchas cosas por Asturias.

-Usted tuvo la suerte de conocerle personalmente y de entrevistarle. ¿Cómo recuerda aquel encuentro?

- Me dio acceso a él don Andrés Trabanco. Me contó en aquella entrevista que trajo a Asturias la orden del levantamiento escondida en el sombrero, en el 34. Hasta llegó a tener alquilada una pensión en la que guardaba a varias personas de derechas. Llegó a salvar hasta más de 200 personas de derechas. En 1935 tuvo un juicio en el que le pedían pena de muerte, pero el presidente de la República le indultó. Durante la guerra estuvo en Barcelona, donde ejerció como inspector de los depósitos de aceite. En esa época se murió su mujer, Jovita, que estaba enferma de cáncer. La enterraron en Montjuïc y una bomba de los nazis la sacó de la tumba...

-¿Qué hizo Teodomiro Menéndez cuando finalizó la guerra civil española?

-Se instaló en Burdeos (Francia), donde lo detuvo la Gestapo, junto con otros cinco más. Lo juzgaron y pidieron pena de muerte. Lo defendió Ramón Serrano Suñer, a quien primero Teodomiro le había ayudado a él a salir de la cárcel Modelo de Madrid. Finalmente, acabó cumpliendo pena en el Dueso (Santander).

-¿Y a qué se dedicó cuando salió de prisión?

-Fundamentalmente a dos cosas. Por un lado, a pasar información de la situación política y social que vivía España en ese momento a Indalecio Prieto, que estaba en México, y al Partido Socialista a Francia. Por otro lado, se encargó de mantener a presos políticos y a sus familias. Llegó a tener hasta a ochenta a su cargo. Les ayudaba con dinero, comida, en su defensa jurídica y en gestiones hospitalarias. Era un hombre muy altruista.

-Usted, que pudo departir con él, ¿cómo le recuerda en lo personal?

-Fue un hombre luchador, pero al mismo tiempo con un talante leal, comunicativo, una gran simpatía y generoso.

-¿Por qué fue un personaje tan clave en el socialismo asturiano y en la historia de la región?

- Fue un hombre de estos sin los cuales no se explica la historia, pero no fue un primer espada.

-¿Cómo le surgió poder entrevistarle?

-Porque fui sabiendo cosas de Teodomiro Menéndez y un día, comiendo con un amigo, trajo a otro amigo, Andrés Trabanco, que le trataba habitualmente. Entonces le pedí que me concertara una entrevista con él para Asturias Semanal. Fue en 1976.

-El interés por la política de Menéndez surgió pronto, siendo bien joven, ¿verdad?

-Fue un activo socialista. Contaba que cuando tenía quince o dieciséis años iba a ver a Pablo Iglesias Posse, el histórico socialista, en las ocasiones que vino a Oviedo, y junto con un grupo de chavales también viajó a Madrid para participar en algunos de sus actos. Se enganchó a las Juventudes Socialistas y las fundó en Asturias. Enseguida destacó como buen orador y propagandista. Fue muy importante en el socialismo asturiano y es un hombre de historia.

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