La mar mostró ayer su lado más salvaje con olas de casi nueve metros de altura en Asturias. El temporal no pilló por sorpresa a nadie, ya que la Agencia Estatal de Meteorología había activado el día anterior el nivel máximo de alerta. La advertencia no impidió que los más atrevidos desafiasen al oleaje con sus cámaras fotográficas. Fueron muchos los que pusieron en peligro sus vidas a cambio de una simple instantánea de viento y agua pese a la advertencia del Servicio de Emergencias del Principado de evitar acercarse a acantilados, paseos marítimos y otras zonas peligrosas.

Sucedió por ejemplo en el Museo de las Anclas y La Peñona (Salinas), espacio que la Policía Local cerró ayer al paso de viandantes a consecuencia de la intensa marejada. Pese a la señalización, los curiosos continuaron accediendo al lugar para ver cómo las olas embestían la famosa imagen Phlippe Cousteau. Esa imagen de imprudencia se repitió en toda la costa asturiana: Gijón, Candás, Tapia de Casariego, Luanco, Luarca... En Llanes, los bufones de Pría desprendieron toda su furia ante la atenta mirada de vecinos.

"Da igual lo que digas o las señales que pongas, la gente no hace caso de nada", apuntaba ayer un agente de Protección Civil en medio del temporal. La ola más alta se registró en Cabo Busto a las cuatro de la tarde: 8,95 metros. La alerta roja (riesgo extremo) seguirá activada hoy en el litoral occidental, mientras que en el oriente se mantendrá el aviso naranja por olas de entre seis y siete metros. El estado actual de la mar recuerda al que se vio en febrero de 2014 cuando la marea se tragó barcos, arrasó viviendas y sacudió los muelles de toda Asturias.

La inestabilidad de mar contrata con el calor registrado en las grandes ciudades de la región. Los termómetros casi no bajaron ayer de los diez grados, llegando en el caso de Gijón a los 21,8. Fue la temperatura más alta del Principado en lo que va de año. Para la jornada de hoy se espera que el mercurio alcance los mismos niveles e incluso puede que las mínimas aumenten unos tres grados. Eso sí, se esperan lluvias importantes, que se acentuarán a lo largo de la semana. Las precipitaciones podrán ser localmente fuertes y persistentes en el suroeste.

Aparte del agua, el temporal también tuvo como protagonista al viento. De hecho, las ramas de los árboles invadieron muchas carreteras comarcales. En Castrillón estuvo cortada la vía costera que une Salinas y Arnao por un túnel. Para hoy se esperan rachas de entre 70 y 90 kilómetros por hora, sobre todo, en el litoral y en zonas altas. Sólo se salvarán de la bofetada de aire los valles del interior.