Todo ha salido bien. Alexia Garduño Aladro, la niña mexicana de origen piloñés que emocionó al Papa con su canto durante una visita del pontífice a un hospital infantil de la capital azteca, ha sido intervenida con éxito de un osteosarcoma en el fémur en un centro sanitario de Houston (EE UU). "La cirugía fue larga, para ponerle una prótesis en la zona afectada, pero, en principio, ha ido como se esperaba. Alexia se recupera despacio, pero bien", asegura su tía Covadonga Aladro en conversación telefónica con LA NUEVA ESPAÑA desde su domicilio de México, muy agradecida por las múltiples muestras de apoyo que han recibido la ni la y su familia.

Bisnieta y nieta de piloñeses de Infiesto y Villamayor, Alexia tiene 15 años de edad y, tras la intervención quirúrgica, va a afrontar en Houston la primera fase de un proceso de rehabilitación que, según Covadonga Aladro, llevará a cabo con el "máximo optimismo, porque ella es así y nunca se rinde". La niña sabe que su caso llegó a Asturias y está muy agradecida porque en la parroquia de Infiesto se celebró una misa para pedir por su pronto restablecimiento.

Alexia comenzó a sentir dolores en una pierna en noviembre y enseguida se le diagnosticó un osteosarcoma, que es el cáncer óseo más común en menores. El pasado día 14, domingo, estaba ingresada en un hospital mexicano preparándose para la intervención, cuando, junto a otros niños enfermos, recibió una visita muy especial, la del Papa, que se encontraba de gira por el país azteca. Tocada con una pañoleta azul, debido a los efectos de la quimioterapia, Alexia se dirigió al pontífice para pedirle su bendición y hacerle un regalo. Ese regalo fue una interpretación del Ave María de Schubert que conmovió a Francisco y a cuantos le acompañaban, incluida la primera dama de México, Angélica Rivera. El Papa, una vez terminada la interpretación, abrazó a la niña y le susurró: "Rezaré por ti, no lo dudes. Tú también reza por mí".

El canto de Alexia y la respuesta de Francisco han sido noticia en medio mundo y, sobre todo en México, donde han recibido una gran atención de la prensa y la televisión.

Poco antes de la operación, la niña se mostraba convencida "al cien por cien" de que todo iba a ir perfecto. El primer paso ha sido exitoso, aunque el camino va a ser largo hasta una total recuperación que Alexia, con una medalla de la Santina al cuello, espera celebrar con una primera visita a Covadonga. Conocer el santuario es la ilusión de su vida.