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Elecciones en la Universidad de Oviedo El día a día de los candidatos

Muñiz: "Puedo contribuir a mejorar nuestra Universidad, que ya es buena"

La jornada del catedrático de Psicometría comienza a las seis y media de la mañana, con un almuerzo frugal en la Facultad, y concluye cerca de medianoche

En el despacho del decano de Psicología, José Muñiz recuerda su etapa en el cargo. IRMA COLLÍN

La jornada de José Muñiz (Sograndio, 1949) arranca a las seis y media de la mañana. "Para concentrarme prefiero las primeras horas del día", subraya el catedrático de Psicometría y candidato a rector en las próximas elecciones en la Universidad de Oviedo. La carrera de fondo que inició hace nueve meses, cuando dio a conocer su aspiración a convertirse en el próximo rector de la Universidad de Oviedo no ha hecho mella, por el momento, en su vida académica. "Doy clase en másteres y tengo bastantes cursos fuera pero ahora he suspendido un poco todo", reconoce. No ocurre igual con el final de la jornada, que se extiende cerca de las doce la noche, como siempre. El almuerzo, normalmente, lo resuelve con un par de pinchos en la cafetería de la Facultad de Psicología.

"Estoy en el tramo final de la carrera académica", admite, "he aceptado todos los puestos: decano, director de departamento, claustral, vicerrector...". Por eso, si el próximo 21 de abril las urnas le son favorables, "creo que puedo contribuir claramente a mejorar nuestra Universidad, que ya es una buena Universidad y hay que conseguir que la sociedad sea consciente de ello", reflexiona. Muñiz dice responder bien a la radiografía que un día trazó un profesor de Harvard al asegurar que un buen departamento era aquel que en un momento determinado tenía a la mitad de sus miembros en un avión porque eso significaba que existía movilidad.

Cuando comunicó a sus alumnos que aparcaba temporalmente las tareas docentes para volcarse de lleno en la campaña hubo un aplauso rotundo en clase. "Me sorprende la atención de los medios y la repercusión que tiene cualquier iniciativa", reconoce el candidato, novel en su aspiración. Su esposa Alejandra y sus dos hijas, de 14 y 15 años, le reconocieron al principio que lo suyo eran "un poco ganas de complicarse la vida" pero "son cómplices", pues las tres han asumido "con espíritu deportivo" lo que les queda por delante.

-¿Se ve como rector de la Universidad de Oviedo?

-Por supuesto. Si no, no estaría aquí.

Mientras se acercan la cita con las urnas, no pierde oportunidad de reunirse con compañeros de otras facultades, personal de administración y servicios (PAS) y personal docente e investigador. "Estamos aquí por los alumnos, ellos nuestra razón de ser", opina.

Esta Semana Santa le tocará quedarse en casa, preparando la recta final de la campaña. Será también tiempo para la familia, y para una de las tareas que más satisfacciones le produce. "Tengo un pequeño llagar, tenemos ahora terminando de fermentar la sidra y en Semana Santa aprovecharé para embotellar. Hacemos unas 500 botellas al año, para familia y amigos", cuenta.

A excepción de la afición sidrera, sus fines de semana "una continuación de la semana". Sin olvidar a la familia, eso sí. Pero los tres años que pasó en Estados Unidos le sirvieron para conocer un ritmo de trabajo "increíble" que todavía mantiene. Muñiz disfruta con sus hijas y su esposa de las ya tradicionales "cenas de Champions", cuando los cuatro se reúnen en la vivienda familiar de Sograndio para seguir los partidos de la liga de fútbol europeo. "Lo mejor del mundo es una de las tortillas de patata de Alejandra o unos huevos con patatas fritas y chorizo", detalla sobre sus preferencias para los momentos en familia. También recuerda con cariño, de su etapa en la Universidad de Mallorca, y la riqueza de la gastronomía balear, donde forjó una estrecha amistad con el hijo de Camilo José Cela, con quien todavía mantiene contacto. "Es extraordinario", afirma.

Cumplidos seis sexenios de investigación, Muñiz cree que todo lo que tiene se lo debe a la Universidad "y ahora quiero devolverle lo que ella me dio". Como en los equipos anglosajones dice que él será el único senior, "será una equipo paritario", avanza, con quien tratará de convencer a la sociedad asturiana de que "no puede tener una Universidad tan en precario", comenta sobre los cerca de 30 millones de euros perdidos en los últimos años.

Su primer aprendizaje en esta primera parte de la campaña ha sido "que hay que ser muy flexible en una Universidad tan diversa como la nuestra". Otra faceta que tratará de mejorar es la de la comunicación. "Reforzaré el gabinete de comunicación", porque "es una competencia fundamental". De su propia cosecha tratará de imprimir optimismo a la institución académica. "Optimismo y ganas de hacer bien las cosas. Se nota mucha energía en esta Universidad", proclama. De sus contrincantes espera "juego limpio y no caer en los tics de los políticos. La Universidad tiene que transmitir unos valores a la sociedad", concluye.

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