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"Aquí ya no queda ni a quien preguntar algo", lamenta una viajera de Pola de Siero

Gloria Riera es una vecina de Carbayín que suele utilizar el tren de Feve para desplazarse hasta Pola de Siero y Oviedo. Para dar una muestra de la evolución "a peor" que aprecia en el servicio apunta directamente a la sustitución del personal ferroviario de las estaciones por máquinas, como, por ejemplo, las de acceso a los andenes. "Hemos llegado a un punto en el que ni siquiera hay ni a quién preguntar y tenemos que arreglarnos como podamos", explica Riera, que ya le ha cogido el tranquillo a estos tornos, pero reconociendo que es un sistema que no convence a las personas mayores. Del mismo modo, lamenta la espiral de continuos retrasos y cancelaciones que se ha generalizado en los últimos tiempos y que amenaza con dar la puntilla al servicio. "Hay mucha gente en la estación protestando porque se suspenden los viajes y se tienen que buscar la vida", señala la sierense, que también critica las demoras: "Echan a la gente para atrás".

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