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El discurso en cristal del Rey

El discurso en cristal del Rey

Felipe VI se ha revelado en Oviedo como un gran comunicador gracias a su esmerada preparación y a un dispositivo electrónico que permite leer en dos pantallas transparentes

Felipe VI da una relevancia muy especial al discurso que todos los años ofrece en Oviedo con motivo del acto de entrega de los premios "Princesa de Asturias". Y en el escenario del teatro Campoamor se ha revelado como un excelente comunicador. El secreto de este éxito real radica en una profesionalidad cultivada desde niño y en no dejar nada al azar. El Monarca prepara concienzudamente sus intervenciones, las corrige personalmente y las ensaya con todo detalle acompañado de un reducido grupo de colaboradores. Además, se ayuda de un teleprompter casi invisible, dispositivo de pantallas de cristal en las que aparece el texto a leer a la velocidad que determine, lo que le permite mantener en todo momento la cabeza levantada y la mirada al frente.

El teleprompter que usa el Rey -también conocido como autocue (traducción al español de "apuntador electrónico")- pasa casi desapercibido para el espectador y es una versión más desarrollada desde el punto de vista tecnológico de la que suelen utilizar los presentadores de televisión para leer las noticias. El dispositivo, utilizado cada vez más por políticos y hombres de Estado de todo el mundo, refleja el texto de la noticia, previamente cargado en una computadora, en un cristal transparente que se sitúa en la parte frontal de una cámara. En algunos casos se controlan a través de un pedal en los pies del narrador que, al pisarlo, hace avanzar el texto y, si deja de pisarlo, éste se detiene, de manera que enunciación sea natural y pausada. Esto hace que don Felipe pueda leer con la máxima soltura, sin necesidad de bajar la cabeza hacia el atril con los papeles del discurso impreso.

La primera vez que el Monarca utilizó el dispositivo fue en septiembre de 2013, cuando defendió en Buenos Aires la candidatura olímpica de Madrid. El resultado no fue el apetecido para las aspiraciones deportivas españolas, pero la intervención de Felipe VI fue unánimemente alabada. Puede que aquel éxito le animara a usar también el "apuntador electrónico" en el discurso de la entrega de los premios "Princesa de Asturias" de ese mismo año.

Sin embargo, en aquella primera experiencia en el Campoamor, el teleprompter que tan buen resultado había dado al Rey en Argentina le jugó una mala pasada. Cuando estaba realizando una semblanza del golfista José María Olazabal, premio de los Deportes, el equipo dejó de funcionar de improviso y detuvo la intervención del Rey hasta que un asistente le entregó el discurso impreso en papel para que pudiera continuar. El dispositivo se recuperó minutos más tarde y don Felipe logró concluir su discurso con la mirada al frente, en dirección a los premiados y a las cámaras de televisión.

El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, que es otro de los mandatarios que se apoya habitualmente en este dispositivo electrónico que copia el funcionamiento de los antiguos proyectores de transparencias, tampoco se ha librado de algún contratiempo técnico.

El "apuntador electrónico" permite pronunciar discursos largos sin necesidad de leer las hojas de la que está considerada como la alocución más importante del año de Su Majestad. De hecho, don Felipe ha logrado tanta soltura que durante su intervención es capaz de dirigir la mirada a un lado y a otro, como para abarcar a todo el público.

Pero el teleprompter no lo es todo en los discursos del Rey. Felipe VI acostumbra desde hace ya varios años a ensayar, en el propio escenario del teatro Campoamor, sus esperadas intervenciones en la entrega de los premios que llevan el nombre de la heredera de la Corona de España. Lo hace los jueves por la noche, víspera de la ceremonia, tras asistir al concierto y a la cena con los patronos de la Fundación. El Monarca no mira el reloj. Emplea en las pruebas el tiempo que sea necesario hasta que todo quede a la perfección. Y lo hace sin perder la sonrisa y el buen humor, afirman quienes le han visto.

Para evitar un fallo como el de 2013, ha llegado a estar ensayando en el Campoamor hasta cerca de las cuatro de la madrugada. El Monarca no quiere dejar nada al azar en unos discursos que están marcando la pauta de su reinado y a los que su madre, Doña Sofía, también presta una especial atención. "Fabuloso, estuviste fabuloso", le dijo la Reina a su hijo el pasado viernes en el foyer del Campoamor a la finalización del acto de entrega de los Premios.

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