"La tradición de vaciar, tallar y ponerle una vela en el interior de las calabazas ya viene de muy antiguo en Asturias, se hizo siempre, y no tiene nada que ver con Halloween ni Samain ni nada que se le parezca. Era un rito pagano que se celebraba cuando entraba noviembre, que tiene relación con el cambio de cosechas, y con honrar y recordar a los difuntos con esta actividad y con otras muchas actividades que se desarrollaban entre finales de octubre y primeros de noviembre. Fue la Iglesia quien, ante estos ritos paganos, decidió instaurar el Día de todos los Santos, que es el uno de noviembre, y el de todos los Difuntos, que es el dos" recuerda Mari Canto García, miembro de la Asociación Cultural Trebeyu, y quien ayer organizó en la Casa de Cultura de Grado, y para niños, el taller "Calaborias de calabazón para meter medrana", que fue todo un éxito entre los más pequeños de la villa.

Según señaló Mari Canto, con el taller se perseguía "enseñar a los niños las tradiciones de antes, y que supieran hacer por sí mismos el vaciado de la calabaza, además de hacerle los ojos y todo lo demás, para finalmente ponerle dentro una vela y salir por el pueblo con ellas a asustar a la gente. Con esta actividad reivindicamos esta tradición que siempre ha sido nuestra y que cayó en desuso y hasta en el olvido, y que ahora vuelve a recordarse por la famosa fiesta de Halloween, importada de Estados Unidos". La cita fue todo un éxito. Unos cien niños acudieron a este taller donde disfrutaron de lo lindo vaciando y tallando las calabazas para luego colocarles la vela en su centro. Al atardecer un buen montón de estas calabazas iluminaron la noche de la villa moscona recordando a los viajeros que pronto llegará la Noche de Difuntos.