Los niños de Piloña se lo pasaron ayer de miedo con los dos talleres de reciclaje y manualidades que la asociación de madres y padres del colegio de Infiesto organizó. Los cincuenta niños aprendieron a hacer una casita encantada con envases de leche usados y momias terroríficas con ayuda de cartón e hilo blanco reciclado.

Los más pequeños diseñaron manos de zombis de cartulina para adornar las ventanas en la noche de Difuntos y personalizaron platos de plástico con siluetas de brujas, calabazas y murciélagos.

Algunos como Adriana González, de 9 años de edad, no quería irse para casa. "Vine con mi amiga Gabriela Azcoitia porque nos gustan las manualidades. Hice una casa encantada muy chula para decorar mi habitación", expresó.