La Audiencia Provincial de Oviedo juzgará mañana al hombre acusado de haber intentado asesinar a su expareja delante de su hija de 8 años, a quien también amenazó con un destornillador en el cuello, y de haber querido matar a la dueña de la casa donde residían en Oviedo. La Fiscalía solicita una condena de 27 años de prisión por dos delitos de asesinato en grado de tentativa, y un delito de amenazas. Concurre en uno de los delitos de asesinato las agravantes de parentesco y de razones de género. En el delito de amenazas concurre la agravante de parentesco.

El juicio estaba señalado para el pasado 27 de septiembre, si bien la vista fue interrumpida ante la incomparecencia de dos testigos considerados fundamentales: un hombre, que desarmó al atacante y una mujer, ambos vecinos del inmueble donde tuvieron lugar los hechos y que ayudaron a las víctimas hasta la llegada de la Policía.

Según el escrito de fiscalía, los hechos se produjeron en mayo de 2015, el acusado contaba con una orden de alejamiento después de que la mujer interpusiera una denuncia por malos tratos al término de la relación que ambos mantuvieron durante varios años. Desde la ruptura de la relación en marzo de 2015, el hombre trató de convencerla para volver a estar juntos, si bien la mujer le había dejado claro que en el futuro sólo tendrían contacto por la hija que tienen en común, y para la que el procesado contaba con un régimen de visitas.

La dueña del piso en el que residían madre e hija se negaba a que el hombre entrase en la vivienda, por lo que la entrega y recogida de la pequeña se hacía en el portal del inmueble. Fue precisamente con ocasión de la entrega de la menor tras haber pasado el fin de semana con su padre cuando se produjeron los ataques.

La madre recogió a la menor y, tras dejarla en la casa, volvió a bajar para hablar con el procesado de temas relativos a la niña. Después de conversar, el procesado comenzó a insistir para que retirara unas denuncias interpuestas por impago de pensiones, diciéndole que quería hablar con la dueña del piso, a quien responsabilizaba de que su expareja no volviera con él.

Cuando la mujer dio por concluida la conversación y se giró para entrar en el ascensor, el procesado sacó un destornillador de una bolsa de plástico y, sin mediar palabra, se lo clavó en la parte superior del pecho, a la vez que le decía "esto es lo que tú querías". Tras arrebatarle las llaves, la obligó a subir al piso, donde también apuñaló en varias ocasiones a la propietaria de la vivienda con el mismo destornillador, cuya punta estaba modificada a modo de punzón o estilete. A continuación, añade el fiscal, el hombre sacó de la bolsa un cuchillo con el que volvió a apuñalar en varias partes del cuerpo a su expareja, todo ello en presencia de la hija.

Posteriormente, cogió de nuevo el destornillador y comenzó a clavárselo a sí mismo, diciendo que se iba a suicidar, hasta que un vecino que había escuchado los gritos de socorro logró entrar en la vivienda y desarmar al agresor, que fue detenido por la Policía Nacional.

Como consecuencia de la agresión, ambas mujeres sufrieron numerosas lesiones de las que tardaron en curar 30 días y que les dejaron varias cicatrices, mientras que la menor sufrió un trauma psíquico.

La Fiscalía considera que los hechos son constitutivos de dos delitos de asesinato en grado de tentativa, en uno de los cuales aprecia las

agravantes de parentesco y de razones de género, además de otro de amenazas. Además de la pena de prisión, el Ministerio Público pide que se le imponga una orden de alejamiento sobre las víctimas y su hija, libertad vigilada con prohibición de residir en Asturias durante ocho años y la pérdida de la patria potestad, así como el pago de indemnizaciones por 40.000 euros.