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Nobleza astur para salvar el ayer luso

La versión portuguesa de "El Ministerio del Tiempo" tiene entre sus protagonistas a un soldado del siglo XVI del linaje Noronha, con origen en Noreña

"El Ministerio del Tiempo" portugués ha reclutado a un soldado con sangre asturiana para salvar el pasado del país. En la terna protagonista de "Ministério do Tempo", la versión portuguesa de la popular serie creada por Pablo y Javier Olivares, destaca la presencia de un rudo soldado del siglo XVI con un apellido que remite a un alto linaje del país: Afonso Mendes de Noronha. Una estirpe que inició a finales del siglo XIV Alfonso Enríquez, conde de Noreña.

En una serie que muestra un reverencial respeto por la historia, como es el caso de "El Ministerio del Tiempo", nada se deja al azar. Tampoco en su versión portuguesa, emitida por el canal público RTP y que se estrenó este lunes con buenos datos de audiencia. Una ficción que está protagonizada por un trío de agentes que reproducen los caracteres de la patrulla original de esta serie que rompe fronteras: Tiago Silva (encarnado por Sisley Dias), un ATS traumatizado por la pérdida de su esposa; Amélia Carvalho (Mariana Monteiro), una estudiante de la Universidad de Coímbra, y Afonso Mendes de Noronha (João Craveiro), un soldado del siglo XVI que es reclutado justo antes de ser ejecutado por orden del rey João III. Unos personajes que remiten directamente a los de Julián, Amelia Folch y Alonso de Entrerríos, la patrulla original de la serie española.

Aunque los roles son análogos a los de la versión original española, los productores lusos los han empapado de referencias a su propia cultura. Amélia Carvalho, sin ir más lejos, le debe su apellido a Domitilia Carvalho, la primera mujer en frecuentar las aulas de la Universidad de Coímbra. Y, de igual modo, Afonso Mendes de Noronha entronca por su apellido con uno de los linajes de más rancio abolengo dentro de la nobleza portuguesa: esa casa de Noronha iniciada por Alfonso Enríquez (1355-1400), y que llega hasta nuestros días en la figura de Marcus de Noronha, conde de Subserra y miembro de la Academia de Historia de Portugal.

Natural de Gijón, Alfonso Enríquez era hijo ilegítimo de Enrique II Trastámara, rey de Castilla, quien le legó los señoríos de Noreña y Gijón. Desde estos territorios, y emulando lo que había hecho previamente su padre, Alfonso Enríquez trató de arrebatar el trono de Castilla primero a su hermano, Juan I, y después a su sobrino, Enrique III. Unas pretensiones en las que contaba con el apoyo de su suegro, Fernando I de Portugal. Su descendencia se instaló en Portugal, donde adoptó el apellido Noronha, en referencia a aquel señorío de Noreña que ostentó, con el título de conde, Alfonso Enríquez.

El linaje de los Noronha alcanzó gran notoriedad en Portugal en los siglos siguientes. Pedro de Noronha, primogénito de Alfonso Enríquez, fue arzobispo de Lisboa, y el resto de sus hermanos alcanzaron diferentes distinciones y títulos nobiliarios, como también lo harían sus descendientes.

Entre ellos destaca el explorador Fernando de Noronha, que a principios del siglo XVI financió la expedición de Gonzalo Coelho que llevó al Nuevo Mundo a Amerigo Vespucci. En agradecimiento, Coelho y Vespucci dieron el nombre de Noronha a un archipiélago brasileño. Y también Afonso de Noronha, que entre 1540 y 1554 fue virrey de la India portuguesa y que parece el referente para el miembro más aguerrido de la patrulla del tiempo portuguesa.

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