Sajad Al-Faraji tiene 15 años y sus piernas son una silla de ruedas. Vivía en Basora (Irak) y la muerte y la destrucción empezaron a ser hechos cotidianos. Cuando su padre murió, su madre, Fátima, decidió huir con sus tres hijos del horror de la guerra. Invirtieron todo lo que tenían en un viaje en el que muchas veces pensaron que iban a morir. La familia consiguió llegar a Austria, después de que en los países por los que pasaron les hicieran sentirse como "números".
Esta es una de la decena de historias de refugiados que muestra la exposición itinerante "#DerechosRefugiados: 11 vidas en 11 maletas", organizada por la Fundación Abogacía Española y que se puede visitar hasta el día 22 en el Colegio de Abogados de Oviedo. Otra maleta es con recuerdos de la Guerra Civil, aquella que expulsó a miles de españoles de su país.
El recorrido de maleta en maleta sobrecoge. Cada una recoge las pertenencias personales de personas y familias que se vieron obligadas a abandonar sus casas, sus países, para huir de guerras, violencia y persecuciones. Cada una de ellas muestra un mapa con los miles de kilómetros recorridos en busca de refugio y de futuro. Y también dibujos realizados por niños que muestran desde un mar de inmensas proporciones para un pequeño barco cargado de personas, a una montaña con una flor sin colores y otra que refleja el mismo arcoiris. El futuro.
"El objetivo de esta muestra es que sirva de reflexión y concienciar a la sociedad de la situación actual de los inmigrantes en general y los refugiados en particular", explicó Ignacio Cuesta, decano del Colegio de Abogados de Oviedo. "Se trata de 65 millones de personas que han tenido que huir de sus hogares y malviven con una vulneración evidente de los derechos humanos".
Según explicó, al inicio de la crisis de refugiados el Consejo de la Abogacía Española creó un grupo de letrados voluntarios para ayudar a los refugiados. En cinco días se apuntaron más de 1.200 en toda España. Nadie ha pedido su colaboración.
Carmen Turiel, vicedecana del Colegio de Abogados de Oviedo, incidió en que "como Corporación de Derecho Público tenemos la obligación de denunciar la vulneración de los derechos fundamentales de las personas". Y la cultura, añadió, "es una vía fundamental para el desarrollo social y democrático". Por eso, animó a la ciudadanía a participar y visitar la exposición, que ha sido un éxito en las ciudades en las que ya se ha mostrado y que ayer inauguró el vicepresidente de la Fundación Abogacía Española, Carles MacCragh:"para muchos una maleta no es símbolo de viaje y felicidad, sino de huida y desesperación", resumió.
Además de las maletas se pueden ver fotografías realizadas en los campos de refugiados y ya a la salida, la "valla de la vergüenza", en la que el visitante podrá dejar su mensaje particular.
