Fabas hay muchas, pero como las asturianas, ninguna. Investigadores de la Universidad de Oviedo han revelado la huella dactilar del ingrediente estrella de la gastronomía regional a través de un nuevo método de análisis basado en su composición química. Esta técnica permite diferenciar en apenas dos minutos las fabas asturianas de las sudamericanas midiendo las relaciones isotópicas de estroncio y la relación de concentraciones estroncio/ rubidio en la alubia. Su aplicación permite la detección temprana de cientos de kilos de alubias sudamericanas, que a menudo se cuelan en el mercado nacional bajo la etiqueta del Principado.

El DNI de la faba asturiana difiere bastante de la extranjera: posee una baja relación de estroncio/ rubidio. Para llegar a esta conclusión, los químicos Aida Reguera Galán, Mariella Moldovan y José Ignacio García Alonso compararon en colaboración con la Consejería de Desarrollo Rural y Recursos Naturales dieciocho muestras de alubias regionales cultivadas en diez concejos (Valdés, Vegadeo, Coaña, Tineo, El Franco, Tapia, Llanes, Gozón, Ribera de Arriba y Siero) con otras procedentes de Bolivia y Argentina. "Como genéticamente son iguales -pertenecen a la especie "Phaseolus vulgaris"-, tuvimos que analizar su contenido metálico, que depende del suelo de las plantaciones", explica el profesor de Química Analítica José Ignacio García Alonso.

Para ello, los autores del trabajo desarrollaron una nueva metodología que utiliza la ablación láser -consiste en la extracción del material de la superficie de un sólido- acoplada a un espectrómetro de masas. "A nivel analítico este estudio aporta una amplia mejora en la medida directa de relaciones isotópicas de estroncio en matrices sólidas que contienen rubidio, ya que hasta ahora solamente eran susceptibles de análisis aquellas muestras en las que la cantidad de rubidio era muy inferior a la de estroncio", comenta la autora principal, la avilesina Aida Reguera Galán, de 30 años.

Según los investigadores, el mayor potencial del estroncio como indicador de procedencia se deriva del uso de la relación entre dos de sus cuatro isótopos estables. Esta relación depende de la composición de cada lecho geológico. Por procesos de desgaste y erosión, el estroncio pasa al suelo, donde es absorbido por la vegetación y entra en la cadena trófica. De esta manera, "la diferente composición de los suelos asturianos y sudamericanos hace que semillas de faba cultivadas en la región y en América conserven su identidad genética, pero presenten una huella isotópica de estroncio distinta que permite su discriminación".

Todas las fabas asturianas analizadas presentan una baja relación de estroncio/ rubidio con respecto a las alubias foráneas. Sin embargo, las regionales tienen una amplia variabilidad en cuanto a la composición química del estroncio. Esto es debido, según Aida Reguera, a las características geológicas tan diferentes que tiene la comunidad. "A grandes rasgos, los suelos de la comarca occidental están constituidos por cuarcitas y pizarras, la zona oriental se cimienta sobre un macizo calizo, y el área central, sobre pizarras, areniscas, conglomerados, arcillas y calizas", señala.

Dados "los prometedores resultados de la investigación", sus autores sostienen que la técnica puede aplicarse a otro tipo de legumbres amparadas bajo las marcas IGP o DOP y que luchan contra el ataque de la falsificación. De todas formas, insisten en que se trata de un estudio "preliminar", ya que haría falta analizar más muestras de alubias extranjeras. "Todavía se necesita ahondar más en la bondad de la metodología, pero su aplicación a otro tipo de legumbres sería interesante. Como química, saber que mi investigación sirve para solucionar problemas del día a día es una satisfacción", asegura la avilesina. José Ignacio García agrega por su parte que su departamento está pendiente de que la Consejería aporte dinero para ampliar el trabajo.