Empezando por Sancho Panza y acabando por el asturcón asturiano "Lotu". El carnaval se adelantó a enero en la Feria Internacional de Turismo (Fitur). Por sus diez pabellones desfilaron desde el miércoles todo tipo de disfraces y tópicos regionales. Mucho pulpo en Galicia, mucho vino en La Rioja, mucha paella en la Comunidad Valenciana... Pero pocas recetas para vender una España nueva o, al menos, otra diferente.

Los peluches gigantes o los personajes históricos fueron la fórmula que utilizaron algunas comunidades para captar visitantes. Sin embargo, acabaron convirtiéndose en un improvisado photocall.

Para romper con el aburrimiento, ahí estuvieron un dinosaurio articulado, que asustó a más de uno con sus inesperados ataques, y el robot "Pepper", fabricado en Japón pero programado por una empresa madrileña. Las multinacionales españolas ya cuentan con esta inteligente máquina entre sus filas de trabajo. "Empezamos en junio y hay mucho interés. Las capacidades que tiene este robot son enormes, está pensado para la atención al cliente", explicó Gonzalo Sánchez. "Pepper" hace fotos, puede llamar por teléfono, enviar correos electrónicos, mandar documentos a la impresora... Y por supuesto hablar. Habla y te mira fijamente. Sin duda fue una de las sensaciones de esta edición.

Aunque si alguien es capaz de despertar al público, ése es el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla. Mientras que el altavoz del stand de Asturias daba para lo que daba, el de la vecina Cantabria retumbaba. O al menos eso sucedió durante la intervención de Revilla ayer. Tras minutos y minutos de discurso, acabó con un "¡Viva Cantabria!, ¡viva España!.." Y, ya puestos remató con un: "¡Viva Asturias!" Mejor final, imposible.