Te levantas por la mañana, vas a coger el coche, que ha dormido en la calle, y te encuentras con una gruesa capa de hielo cubriendo el parabrisas. Es lo habitual estos días en que las temperaturas se han desplomado.

Hay varias soluciones para eliminar el hielo. La primera de ellas es la previsión. Dejar un cartón o una manta vieja sobre la luna evitará la sorpresa de la mañana. No es muy estético pero es una solución por adelantado.

Lo primero es controlar el agua del limpiaparabrisas. Si va a hacer frío vacía el agua que tiene y rellénalo de nuevo añadiendo un anticongelante.

Si no has sido previsor la solución más eficaz aunque también la más lenta es arrancar el coche y proyectar hacia la luna delantera el aire caliente de la calefacción. El cambio de temperatura irá derritiendo poco a poco el hielo. Es recomendable abrir una de las ventanillas traseras, por dos cuestiones, por un lado por si esperas fuera del coche, de este modo evitarás que se cierren las puertas con las llaves dentro, y por otro por peligro de intoxicación.

En caso de que el tiempo apremie toca rascar. La tarjeta de crédito no es lo más recomendable, lo más probable es que se rompa. Con una tarjeta de puntos se puede arriesgar más aunque lo mejor es una rasqueta a la que se puede añadir anticongelante.

Puestos a utilizar líquidos nunca, jamás, se debe utilizar agua caliente ya que el cambio de temperatura hará que la luna se rompa. Lo más eficaz y rápido es el alcohol. Un chorro hará desaparecer el hielo como por arte de magia, siempre que esa capa no sea demasiado gruesa ya que en ese caso sería necesaria mucha cantidad de alcohol.

Este mismo remedio se puede utilizar en caso de que además del cristal se congele la cerradura. No todos los coches se abren con un mando a distancia y puede darse la situación de que la llave no entre en la cerradura. El alcohol volverá a hacer su magia. En último caso y en situación crítica, algo que se puede dar especialmente en la montaña, los hombres tienen la opción de orinar sobre la cerradura. No es demasiado higiénico pero sí eficaz.