"Lo que no puede ser es querer meter un tren del siglo XXI, de 700 metros de longitud, por una línea del siglo XIX como es la de Feve por la Cornisa". Técnicos asturianos de amplia experiencia en el ámbito ferroviario alertan de que el actual trazado de vía estrecha de Ferrol a Bilbao no reúne, ni de lejos, las condiciones necesarias para su reconversión en un gran corredor mixto de viajeros y mercancías, con ancho de vía internacional y una velocidad comercial de entre 100 y 120 kilómetros por hora, más del doble de la que consiguen ahora los convoyes de cercanías en el centro de la región. "Todo se puede hacer con dinero", conceden los especialistas consultados, pero, en este caso concreto, advierten de que el plan de mejora integral que defienden el Principado y la Xunta de Galicia obligaría a construir una gran cantidad túneles y viaductos, a redefinir itinerarios, eliminar o modificar cientos de tramos en curva o buscar pasos alternativos en algunas zonas en la que, como sucede en buena parte de los concejos de Parres, Llanes o Ribadedeva, la caja ferroviaria discurre encajonada entre el mar y la carretera. "La inversión sería estratosférica porque estaríamos hablando de un nuevo trazado y, además, con un impacto ambiental enorme", apunta uno de los técnicos.
Como tampoco ponen en duda la necesidad de mejorar el tránsito ferroviario de las mercancías asturianas, imprescindible para la potenciación de los puertos, las fuentes consultadas ponen las miras en la variante de Pajares para que la región se enganche con garantías a una salida subcantábrica a Europa por León, Palencia e Irún. "Tras haber invertido más de 3.500 millones de euros en el túnel, que no tardará mucho en entrar en servicio, lo lógico es sacar la carga por ahí, ya que en cuestión de tiempos tampoco habrá gran diferencia con los que ofrecería un corredor por el Cantábrico que podríamos tardar 25 años en inaugurar", argumenta un profesional de amplia experiencia en el ámbito de las comunicaciones. A su juicio, el diseño de las conexiones ferroviarias de la Cornisa debe ser en forma de "peine", de forma que los puertos de Cantabria, Asturias y Galicia se unan mediante líneas de alta capacidad al eje central del Corredor Atlántico de la Unión Europea (UE) que, procedente del centro de Portugal, llega a Palencia y sale a Francia y al Norte de Europa a través de Irún.
La patronal asturiana (FADE) y las cámaras de comercio de la región están integradas en una plataforma empresarial del Noroeste que tiene entre sus objetivos la inclusión en el tronco central del Corredor Atlántico de las secciones ferroviarias Palencia-Gijón-Avilés, Palencia-Santander y Palencia-La Coruña-Vigo, con el objetivo de captar fondos comunitarios para su desarrollo.
El corredor que plantea el Principado, y que ha recibido el apoyo de la Xunta de Galicia, tiene como objetivo conectar los grandes puertos cantábricos y facilitarles una salida a Europa que cumpla con los parámetros ferroviarios de las redes comunitarias. Para ello, propone rehabilitar la vía estrecha de Feve, duplicando el tendido entre Avilés y Gijón y de Avilés a Infiesto. El presupuesto estimado es de 3.368 millones de euros, menos de la mitad de lo que costaba el AVE comprometido hace 14 años por Aznar.
