El Grupo Parlamentario de Foro Asturias en la Junta General del Principado ha presentado una Proposición No de Ley para permitir el abandono de cadáveres de animales domésticos en el campo, a fin de que sirvan como alimento a la fauna silvestre.

La parlamentaria Carmen Fernández ha indicado que se trata de una cuestión "de sentido común", que venía realizándose hasta el año 2000, cuando las autoridades, a raíz de la enfermedad de las vacas locas, decidieron prohibir su abandono por temor a contagios. "Además de un importante ahorro a las explotaciones, y de un menor coste medioambiental, se contribuiría a la conservación de las especies silvestres y a la reducción de los daños sobre la fauna doméstica", agrega.

Este procedimiento resultaba según Foro sostenible, y cerraba un circulo que permitía la gestión conjunta de intereses conciliando la conservación de la fauna salvaje con la que realizaban los pastores y ganaderos de la cabaña doméstica, "en una relación que se desarrolló armónicamente durante siglos".

En Asturias, explica Carmen Fernández, aún no se ha regulado el abandono de cadáveres de animales domésticos. "Esta medida está entre aquellas que resulta posible aplicar y que no permiten escudarse en la tan socorrida escasez de recursos, o en las consecuencias de la crisis económica ya que, además de un importante ahorro a las explotaciones y de un menor coste medioambiental, se contribuiría a la conservación de las especies silvestres y a la reducción de los daños sobre la fauna doméstica", señala.

La diputada lamenta asimismo que "más de un lustro después de la posibilidad de adoptar esta medida, aún se encuentre en pañales, y debe de ser objeto de impulso desde la oposición precisamente en una región en la que el coste directo de los daños ocasionados por la fauna salvaje supera holgadamente los dos millones de euros anuales, sin que exista ningún tipo de medida para solventarlo, más allá de meras operaciones cosméticas y propagandísticas del gobierno socialista, plasmadas en documentos estériles e inútiles por cuanto que nunca se cumple su contenido", concluye Carmen Fernández. A su juicio, el establecimiento de una normativa que permita el abandono de cadáveres de animales domésticos en el campo contribuiría a la conservación de las especies silvestres y a la reducción de los daños sobre la fauna doméstica, habida cuenta del coste que supone en la actualidad el trasporte por carretera de la práctica totalidad de las reses que fallecen en fincas y explotaciones, a lo que hay que sumar los costes medioambientales de la incineración de los mismos, y lo que incide sobre los daños ocasionados a la cabaña ganadera la ausencia en los montes de un recurso susceptible de ser consumido por numerosas especies de carroñeros y necrófagos.