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Aumentan los casos de maltrato de hijos a padres en Asturias

La mayoría de los menores son chicos de entre 13 y 17 años, de clase media o alta y con problemas de consumo de drogas los que cometen estas agresiones, principalmente a sus madres

Asturias contabilizó en 2015 un total de 57 denuncias por violencia de los hijos hacia los padres, lo que supone un aumento del 14 por ciento respecto al ejercicio anterior y el 1,16 por ciento de los casos registrados en España.

Ésta es una de las conclusiones del informe "Violencia filio-parental. Una realidad invisible", realizado por la Fundación Amigó.

El estudio establece que el perfil de los menores que ejercen violencia contra sus padres ya no se limita a casos claros de exclusión social, sino que la mayoría son chicos de entre 13 y 17 años, de clase media o alta y con problemas de consumo de drogas los que cometen estas agresiones, principalmente a sus madres.

El informe alerta también de una tendencia creciente del número de chicas que desarrollan conductas violentas en casa, aunque en su caso es de carácter más psicológico y emocional frente al físico de los chicos.

La Fundación recoge datos de la última memoria de la Fiscalía General del Estado, según la cual los expedientes abiertos a adolescentes por este tipo de delito han ido aumentando desde 2013, cuando se contabilizaron 4.659 denuncias de padres a hijos, frente a las 4.898 de 2015.

De hecho, el 18,53 % de los delitos cometidos por los jóvenes son derivados de la violencia intrafamiliar.

Además de los citados, el perfil de maltratador adolescente presenta un bajo o irregular rendimiento académico, e incluso muchos han presentado conductas violentas en los centros escolares o han sido víctimas de agresiones por parte de otros en el ámbito social, familia o escolar.

Pese a que la mayor parte tiene problemas leves o graves de consumo de drogas, ésta no es la causa del maltrato, sino que supone una influencia indirecta "por ser un desinhibidor conductual y aumentar las discusiones familiares".

Y aunque la violencia filio-parental es un "problema aprendido y, por tanto, meramente conductual", en algunos casos puede estar asociada a problemas emocionales o psiquiátricos, como trastorno obsesivo-compulsivo, de ansiedad y del estado de ánimo o por déficit de atención e hiperactividad, entre otros.

El informe también recoge el perfil de los progenitores maltratados, y aunque ambos son potenciales víctimas, los chicos suelen agredir más a sus madres, de entre 40 y 45 años, porque pasan más tiempo con ellas y ceden más.

Por lo general, este problema se da más en las familias monoparentales, y muchas veces ser hijo único, o adoptado, supone un mayor riesgo.

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