Antonio Suárez Marcos (Turón, 1950), doctor en Física, doctor en Química y diplomado en Ingeniería Ambiental, fue el pionero que puso los datos a la contaminación de Avilés en 1977; el primer director de la Agencia de Medio Ambiente del Principado, el director de Calidad Ambiental y Obras Hidráulicas de Asturias y gerente de Cadasa, de donde se jubiló hace un año. Casado dos veces, tiene tres hijos.
- En 1977 dirige la Oficina de Control Atmosférico de Avilés.
-Puse una red de sensores para medir la materia sedimentable, el polvo grueso. El nivel máximo admitido era de 300 miligramos por metro cuadrado y día. En Corujedo salían 30.000. Pensé que no tenía ni puta idea y llamé a Julio Rodríguez, luego rector, que trabajaba en Neoquimia, suministradora de los aparatos. Los revisamos hasta las doce de la noche y estaban bien. No dormí pensando en la zona norte de Ensidesa.
-¿Qué hizo al día siguiente?
-El secretario y el alcalde me preguntaron si estaba seguro. Ensidesa tenía tres concejales en la Corporación y el de Medio Ambiente, Alfonso Hatre, era ingeniero de hornos altos. Por cierto, nunca cuestionó si estaban bien puestos los medidores ni echó la culpa a la meteorología.
-Hoy se cuestiona.
-Gabino de Lorenzo cambió una estación de General Elorza al parque de Pura Tomás y no dio más contaminación. Entonces, si en Corujedo había una familia bastaba. Se decidió aplicar la ley, pedir que Avilés fuera declarada zona contaminada y hacer un plan contra la contaminación.
- Era época predemocrática.
-Y las industrias mandaban todo. En un pleno se contó todo, asistió la prensa y apareció en el periódico "Avilés se ahoga". Surgieron grupos ecologistas vinculados al PC y al MC. La Delegación de Industria se opuso ferozmente. Decía que yugulaba el desarrollo económico.
- Usted tenía 26 años.
-Y poca experiencia. Propuse hacer un plan de saneamiento industrial y aceptaron hasta los de Ensidesa. Alfonso Enseñat -sevillano, señorito, hoy superespecialista en Colón-, director general de Innovación Industrial, vino de Madrid, reunió a la industria de Avilés en la sala de junta de Ensidesa y dijo "en Europa los grupos ecologistas tienen una importancia creciente. Algo hay que hacer". Cerré la intervención señalando a los presentes como causantes del problema.
- En 1979 ganó las elecciones el socialista Manuel Ponga.
-Tomó la bandera de la contaminación y elevó el problema de Avilés a problema de Estado.
- ¿Cuándo le enseñó la cara el poder a usted?
-El 20 de agosto de 1980 hubo una emergencia peligrosa por materia en suspensión (600 microgramos por metro cúbico en el aire). La causó Productos Dolomíticos, que echaba mierda y no gastaba en mantenimiento. Avisé al alcalde de que informara al gobernador civil. El gobernador se enteró de noche, por su cuenta, porque al día siguiente visitaba Avilés. Me hizo llamar y me dijo, a mala hostia, que él era ingeniero y que si yo distinguía microgramos de miligramos. Le contesté que yo era doctor en Físicas.
- Era Jorge Fernández Díaz, hasta hace meses ministro del Interior con el PP de Rajoy.
-Él sostenía que el escape era imposible de predecir y yo le expliqué que era por falta de mantenimiento. A la hora de comer me llamaron del Gobierno Civil para que fuera inmediatamente. Tenía miedo, así que pedí al jefe de la Policía Municipal que me llevara. Espere en una sala una hora. Cuando entré me dio a firmar un acta que hablaba de "causas imprevisibles". No firmé.
- ¿Y entonces?
-Pasé otra hora en otra sala, luego me hizo entrar y me dijo, sin mirarme: "¿Usted sabe quién soy yo? Soy el jefe de todos los funcionarios de Asturias". No me atreví a decir que no de los municipales. Me dijo que la próxima vez le telefoneara personalmente y de forma inminente. No lo hice.
- En 1980 se formula el plan de saneamiento de Avilés.
-Sin declararlo zona contaminada. Las medidas tenían en cuenta que iba a haber un redimensionamiento industrial. Fue un plan posibilista, paliativo, pero señalamos que en Valliniello y Corujedo a la contaminación se sumaban el ruido y el riesgo por amoniaco. Propusimos hacer un cinturón verde, sacar a la gente de allí y proteger a los demás.
- ¿Cuánto costó expropiar?
-600 millones de pesetas para 180 personas. Madrid nos apoyó si el Gobierno regional apoyaba.
- Gobernaba Pedro de Silva.
-Y era consejero Arturo Gutiérrez de Terán. Hicimos la primera y última expropiación por motivos medioambientales de Europa y todo por común acuerdo.
- En 1985 pasó a dirigir la Agencia de Medio Ambiente.
-Para hacer una única gestión del medio ambiente en Asturias. Formulamos el plan de descontaminación de Langreo, midiendo en todas las chimeneas con técnicos propios, y la Administración y la empresa se conocieron. La Administración ganó prestigio e implantó medidas. Se abrieron dos campos: aguas y residuos.
- Aguas.
-Terán me preguntó cómo podía ganar prestigio la Administración y dije "descontamina el Nalón". Antón Azcona, de Impolusa, hizo una estimación rápida del coste en 20.000 millones. Terán me pidió un esquema y solicitó a De Silva 5.000. El vicepresidente Bernardo Fernández lo convirtió en una oportunidad metiendo la zona minera en el plan nacional de Interés Comunitario. Costó 25.000 millones.
- Residuos: Cogersa.
-Para 25 años y toda Asturias.
- Ahora a rebosar.
-Hay que ejecutar para los próximos 30 años: aprovechar la infraestructura de Cogersa, hacer la incineración con recuperación de energía y un vertedero de cenizas. Lo hay en Santiago de Compostela y en el centro de Viena. No se hace por un acuerdo con IU que, por cierto, no niega la valorización energética.
- Con Herminio Sastre, consejero de Álvarez Areces, usted fue director de Calidad Ambiental y Obras Hidráulicas.
-Acabamos el saneamiento de las Cuencas, hicimos sendas ambientales y empezó la recuperación de la ría de Avilés, la obra que hace la gran marca Avilés, sin la que no habría sido posible el Niemeyer. Queda el colector de industriales, ejecutado pero con problemas de bombeo.
- ¿Por qué?
-No está pensado para que se estropee. No está compartimentado para dar solución al mantenimiento y las averías. Si el bombeo para, vierte todo a la ría y pones en peligro la marca Avilés.
- Entró en Cadasa en 2007.
-Se nos encomendó la gestión de los 26 saneamientos más importantes. El nuevo plan hidrológico plantea soltar agua a los ríos. Es lógico, pero si va al río no va al grifo, y en seca puede ser un problema. En Quinzanas coge agua Arcelor y la Confederación Hidrográfica va a mandar soltar más. Al llegar a Cadasa, Caleao era muy importante, luego quiso esconderse. El Principado no puede permitirse estar sin un plan regional de abastecimiento.
- Calidad del agua.
-Está totalmente garantizada, pero lo que viene del Narcea pasó por el río humanizado y la potabilizadora. El agua de Sobrescobio es limpia, de supercalidad y la prefiero a la de calidad.
- Balance de sus 43 años en la Administración.
-Se fue perdiendo el gobierno a larga vista por el de regate. Así no se puede gobernar.
- Volvió a casarse.
-Con Adela, de 56 años, administrativa en el HUCA, muy telúrica, de Ferreira, en Santa Eulalia de Oscos, un lugar guapísimo.
- ¿Temió la jubilación?
-Hubiera seguido trabajando, incluso ganando menos, tres años para rematar asuntos. Dicho esto, estoy encantado. El chaval pequeño empezó Ingeniería Industrial y le doy clases particulares. Tres días a la semana voy con un primo a la fesoria. En Turón hablo con mis padres, pierdo la dimensión temporal y me concentro en la espacial. ¿Soy vieyu, soy guaje? Dame la impresión de que allí no va a pasame nada malo. Dígoilo a la mi fía, que ta en Miami.
- ¿Fue un padre presente?
-Bastante. Con el pequeño soy abuelo y padre, y doy el coñazo.
- ¿Qué tal la vida?
-Muy bien. Tuve mucha suerte con los padres y los fíos, con el sitio donde nací, y estoy a gusto con la muyer. Sufrí un aneurisma de aorta hace 6 años, sigo con un problema serio y relativizo más, lo importante es a ver si hoy vivo.
