Todo empezó con dos horas dentro de un avión que nunca despegó. Se trataba de volar de Nueva York a Madrid en un vuelo de American Airlines operado por Iberia con salida programada para el domingo a las nueve de la noche, pero dos días después, ayer, el pasaje, inicialmente 300 pasajeros, seguía en el aeropuerto John F. Kennedy. Decenas de personas, entre ellos dos asturianos, cumplieron anoche 48 horas atrapados en la terminal neoyorquina, sin poder volar hacia España e indignados con la falta de soluciones que han recibido desde la aerolínea.

La avería de un motor de la aeronave dio inicio a una odisea que ayer aún no había concluido. Abandonaron el avión y la compañía les facilitó un hotel donde dormir la noche del domingo al lunes, pero no la del lunes al martes, que tuvieron que pasar en el aeropuerto, sin saber qué iba a ser de sus viajes. Entre noticias contradictorias, algunas referidas a un vuelo que debía llegar desde Madrid para recogerles y que el mal tiempo desvió a Boston, el gran susto se lo llevó uno de los pasajeros cuando en el mostrador de la compañía le respondieron que no había plazas libres para volar a España hasta septiembre. Superadas las 48 horas de espera, no obstante, el pasaje esperaba poder despegar al fin pasada la medianoche, hora española.