San Juan. Probablemente una de las noches más mágicas y especiales del año. Como muchas, fiesta pagana, cristianizada en la antigüedad. Indicador del solsticio de verano, es una tradición extendida por toda España, vertebrada por las hogueras que se encienden en todas las ciudades. El objetivo, dar fuerza al sol ya que con el paso de los días, irá perdiendo intensidad hasta la llegada del invierno.

Sin embargo, vayas donde vayas, la tradición varía y se amolda a las creencias populares. Además, y aunque en el imaginario colectivo siempre esté presente el fuego, otros elementos de la naturaleza tienen especial protagonismo durante esta noche. Son el agua y la tierra, dando así a esta noche un matiz aún más especial.

En cuanto al fuego, la hoguera que se enciende por la noche representa actualmente el triunfo de la luz sobre la oscuridad. Es común es cualquier parte del país ver como los que se acercan a vivir la celebración, se atreven a saltar por encima del fuego. Esto es debido a que la creencia popular dictamina que esa valentía se verá premiada con salud y con fortuna. Antiguamente, incluso se hacía pasar por encima al ganado para verlo libre de enfermedades.

Lo cierto es que en la cultura popular, el fuego siempre se ha catalogado como un elemento purificador. Estar cerca de él, elimina las malas vibraciones y aunque hoy predomine el ámbito festivo, lo esotérico sigue muy presente, llegándose a arrojar objetos a la hoguera para desterrar lo negativo y los malos espíritus.

Lo opuesto sería el agua, ya que mientras el fuego purifica destruyendo, el líquido elemento tiene propiedades sanativas en la cultura popular. En Asturias existe por ejemplo una tradición llamada la Flor del Rocío, donde dependiendo del pueblo se buscan las primeras aguas del rocío para obtener el amor. Además, los baños de rocío tendrían también propiedades curativas, unos efectos que se pueden obtener bañándose en el mar y recibiendo nueve olas consecutivas.

Por último, en cuanto a la tierra, también es común en la creencia popular la teoría de que las plantas tienen propiedades curativas y mágicas. Es costumbre cortar las ramas floridas del saúco y colgarlas en el exterior de las casas, para que sean bendecidas por San Juan. Para que el hechizo se cumpla, las ramas deben ser retiradas antes del amanecer. El saúco también es una planta que tiene un lugar destacado en la cultura popular como un producto con capacidades curativas. Muy en la línea de la verbena o del trébol, si bien esta última se centra más en la atracción de la fortuna.