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La izquierda aislará a Javier Fernández y ve estéril el resto de la legislatura

IU rompe puentes con el PSOE Podemos, que reforzará su imagen como alternativa de Gobierno, sopesa una moción de censura - El PP tenderá la mano al Ejecutivo para alcanzar acuerdos, pero da por hecho que la futura dirección de la FSA no los permitirá

Javier Fernández, en la Junta. IRMA COLLÍN

En el ecuador de la legislatura, el horizonte se complica para el gobierno socialista de Javier Fernández. A falta de dos años para las próximas elecciones, los partidos de izquierdas (Podemos e Izquierda Unida) entrarán en campaña electoral tras el verano, con el objetivo de acorralar al Ejecutivo autonómico, que gobierna en minoría. Solo el Partido Popular (PP) mantendrá una actitud de mano tendida que difícilmente podrá aceptar Fernández, ya que los populares prevén que la Federación Socialista Asturiana (FSA) tenga una futura dirección regional de afines a Pedro Sánchez, que no considerarán al PP referente para ninguna negociación. El principal hostigador del Gobierno será Podemos, cuyos dirigentes sopesan presentar una moción de censura tras el verano. De fondo estará la pelea por la hegemonía de la izquierda en Asturias en las próximas elecciones. Poco ha calado la llamada del Presidente a conformar una alianza regional.

Los podemistas quieren mostrarse como una alternativa de gobierno aprovechando la debilidad del PSOE. Izquierda Unida (IU), por su parte, da por rotos todos los puentes con el Ejecutivo de Javier Fernández y considera que el presidente está agotado y herido tras las primarias socialistas. Las dos dimisiones de consejeros, este mes, la de Francisco Blanco (Economía) y Belén Fernández (Infraestructuras) han catalizado la situación.

A la izquierda, todo es incertidumbre para el Gobierno. Podemos celebrará antes de febrero su cónclave regional, en el que se prevé un cambio de estrategia, según dirigentes de la formación morada. Ayer mismo lo dejó caer su portavoz, Emilio León, en una mesa redonda en Oviedo en la que participó Carolina Bescansa: "Estamos aquí para llegar a gobernar. Hemos crecido muy rápido, aunque ahora necesitamos aprender a jugar de otra manera".

Los podemistas descartaban hace semanas presentar una moción de censura, pero se lo replantean tras la victoria de Pedro Sánchez en las primarias del PSOE y con la imagen de "debilidad y aislamiento" que ven en el actual gobierno y la hasta ahora cúpula del PSOE asturiano.

No salen las cuentas para que prospere una moción de censura capitaneada por Podemos, pero pesa en la decisión la experiencia de la fallida moción de censura a Rajoy de Pablo Iglesias, quien pese a todo obtuvo rédito político entre el votante de izquierdas. Los podemistas prefieren dejar pasar el verano para poner tiempo por medio y aguardar a que se celebre el Congreso Autonómico de los socialistas en Asturias.

Esa nueva estrategia pasará por tratar de evitar cualquier baza al PSOE y proyectar una imagen de gobierno alternativo, para convertirse en la fuerza de izquierdas más votada en 2019, pendiente aún de concretarse si Podemos e Izquierda Unida acudirán a las urnas coaligados o no.

Pero tampoco IU se lo pondrá fácil a Javier Fernández. La coalición, que respaldó la investidura del Presidente, da por liquidada la etapa. "No es un aviso, es una decisión: el malestar con el PSOE y con el Presidente en concreto es elevadísimo entre la militancia", dicen dirigentes de IU.

El PP mantendrá, en cambio, la puerta abierta a negociar acuerdos con el PSOE, pero duda de que los socialistas acepten. Dirigentes populares señalan que "mantener una actitud constructiva" reforzará la imagen del PP como alternativa real de gobierno en 2019, una postura en la que la presidenta popular, Mercedes Fernández, viene insistiendo en los últimos meses. Eso sí, en el PP dudan de que los socialistas acepten alcanzar acuerdos, y mucho menos presupuestarios. "Nos hemos reposicionado en la izquierda, se acabó entendernos con el PP", ha llegado a advertir la asturiana Adriana Lastra, ahora vicesecretaria general del PSOE en Ferraz.

"No creemos que la futura dirección de la FSA esté dispuesta a acuerdos, aunque nos parece un error: hay que mirar por encima de los intereses partidistas", aseguraron fuentes populares.

Frente a este escenario, el Ejecutivo quiere reforzar su imagen de liderazgo político y señalar con el dedo que si los próximos dos años resultan estériles será por la actitud combativa de sus posibles aliados, Podemos e IU.

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