Un total de 221 trampas colocadas en las zonas de Asturias afectadas por la plaga de la polilla de la patata (Tecia solanivora) controlan si las medidas para acabar con el dañino insecto están siendo efectivas. Los próximos tres meses serán clave para determinar si las drásticas actuaciones llevadas a cabo por la administración para tratar de atajar la plaga han surtido efecto. "Hasta el momento el número de capturas realizadas es muy bajo, y todas se encuentran en zonas infestadas e intervenidas. Son, plausiblemente, consecuencia de salida de adultos de crisálidas existentes en el suelo", señala el informe que el Principado acaba de remitir al Ministerio de Agricultura.

El pasado febrero, el Gobierno regional decidió actuar y tomar medidas contra la polilla antes incluso de que el Ministerio acordase la prohibición de plantar patata en las zonas infestadas. Sendas resoluciones autonómicas recomendaron ya que los agricultores no procediesen a la siembra de patata, ante la inminente decisión del Gobierno de España de prohibir las plantaciones en los territorios afectados.

A medida que se conocieron datos de presencia de la polilla, la Consejería de Desarrollo Rural y Recursos Naturales fue ampliando las zonas de control. El último cambio se produjo el pasado 13 de marzo. Pero "desde esa última fecha, los datos del seguimiento no han justificado cambio de delimitación alguno en la zona implicada", sostiene el Principado.

Durante todo este periodo se llevaron a cabo distintas fases. Primero, la recogida de la patata de siembra y reutilizada que no fue utilizada; segundo, el reconocimiento de las parcelas plantadas; después, se procedió al arranque y destrucción de patatas en las parcelas cultivadas en zonas infestadas; posteriormente se colocaron trampas tanto en las zonas afectadas como en las denominadas "zona tampón", con el objetivo de establecer una cuarentena. Finalmente, el Principado buscó plantaciones clandestinas y ventas de patatas que tratasen de burlar la normativa.

Hasta la actualidad se revisaron 5.387 parcelas, con una superficie media de 400 metros cuadrados. Todas esas actuaciones tuvieron como objetivo intervenir lo más pronto posible antes de la llegada del verano, estación en la que los adultos de Tecia solanivora inician los vuelos; de este modo, las polillas no dispondrán de plantaciones a su alrededor en las que poder asentarse.

De ahí que los registros de las 221 trampas puedan ser un buen indicador de la situación en la que se encuentra la plaga. Además, el Principado ha repartido 280 kits de feromonas para los 140 polilleros situados en los almacenes de autoconsumo de las zonas infestadas: el objetivo es que estos polilleros atrapen los adultos que pudieran haber quedado en los almacenes. Después del verano será el momento de evaluar si se ha conseguido frenar y contener la presencia de la plaga de polilla de la patata en Asturias.