El avilesino David Oubel, conocido como el "monstruo" de Moaña, es el primer español condenado a prisión permanente revisable, como jurídicamente se denomina la cadena perpetua, tras declarar que asesinó a sus dos hijas, de 4 y 9 años, con una radial y un cuchillo.

El jurado popular ha tardado poco más de hora y media en emitir su veredicto unánime de culpabilidad, y la presidenta del tribunal ha dictado sentencia 'in voce' para condenar a David Oubel por dos delitos de asesinato con alevosía, agravados por tratarse de menores de 16 años y por el parentesco.

Según el veredicto, el jurado ha considerado acreditado que Oubel mató a sus hijas Candela y Amaia, de nueve y cuatro años, usando una sierra radial eléctrica y un cuchillo de cocina, y tras haberlas drogado previamente para reducir sus posibilidades de defensa.

El tribunal entiende que lo hizo, además, con alevosía, como demuestran las diez veces que atacó a su hija mayor, a la que no le habían hecho efecto los sedantes que obligó a ingerir a las niñas, para evitar que se escapara. Las dos menores, ha detallado el jurado, estaban "indefensas" y no tuvieron posibilidad de defenderse.

Además de la cárcel, la condena prohíbe a Oubel acercarse a su exmujer y madre de sus hijas, a su domicilio y a su lugar de trabajo durante un período de 30 años, así como a indemnizarla en 300.000 euros. La sentencia ha sido declarada firme al renunciar todas las partes a recurrir.

Oubel, nacido y criado en Avilés, confesó el crimen en los términos que planteó la Fiscalía, negó que sufriera problema psicológico alguno cuando mató a sus hijas con una radial y un cuchillo, y añadió que está arrepentido antes de pedir perdón. Pero no explicó los motivos del crimen y rechazó directamente entrar en detalles. Simplemente admitió su culpabilidad, destrozando la línea argumental de la defensa.