César T. J., el ovetense de 47 años que ha pasado una semana guarecido bajo un puente de La Fresneda (Siero), ya dispone de un techo, una habitación y una cama. La asociación Aunar, dedicada a la ayuda a personas que sufren algún tipo de toxicomanía, le acogió al mediodía de ayer en el centro que regenta en Gijón. En las 17 horas anteriores (entre las 21.00 horas del martes y las 14.00 horas de ayer miércoles), el hombre permaneció en el servicio de Urgencias Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), donde fue valorado por los médicos y por los trabajadores sociales.

La conclusión que obtuvieron los especialistas es que el paciente no padece ningún problema de salud agudo que requiera atención médica inmediata, sino que lo que precisa de forma urgente es un giro radical de vida. Un nuevo rumbo que, como prioridad absoluta, incluya seguir los tratamientos farmacológicos que abandonó hace tiempo, y con los que ha de plantar cara a enfermedades tan serias como una infección por VIH (virus causante del sida), una polineuropatía bilateral degenerativa que desde hace 28 años le tiene atado a una silla de ruedas (no puede caminar) y una depresión severa que le ha empujado a varios intentos de quitarse la vida. César T. J. asegura que lleva tiempo sin consumir drogas.

"Quiero que me ayuden, pero no sé cómo pedirlo", declaró el sintecho ovetense a LA NUEVA ESPAÑA en la tarde de anteayer, martes, mientras permanecía en el sombrío y ruidoso (a causa del abundante tráfico) puente de La Fresneda. Poco después, el párroco del lugar, José Luis Álvarez Polvorosa, le convencía para que abandonase tan inhóspito lugar y aceptara ser atendido en el HUCA, adonde ya había sido llevado días antes y había terminado solicitando el alta voluntaria. La asociación Aunar escuchó el dramático llamamiento de César T. J., y decidió actuar. La Fiscalía ha sido instada a intervenir por la concejalía de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Siero, pero no consta que haya emprendido actuación alguna. El párroco de La Fresneda elogió la implicación de la concejala de Servicios Sociales, Natividad Álvarez, en el complejo caso.

"Puertas abiertas"

Por consiguiente, y en tanto no se produzca algún tipo de intervención judicial, el ovetense de 47 años podrá permanecer en el centro de la asociación Aunar el tiempo que estime oportuno. "Las puertas están abiertas tanto para entrar como para salir", señaló un portavoz de la entidad.

César T. J. ha estado seis años en el Centro Reto de Santander. Regresó a Asturias hace cosa de un año. Pasó varios meses en el albergue Covadonga de Gijón y en el Cano Mata de Oviedo. Tiene madre y tres hermanas que viven en Oviedo, y un hermano que reside en un pueblo del concejo de Mieres; pero asume que "no pueden llevarme a sus casas porque no tienen sitio y porque allí no puedo manejarme con la silla de ruedas".