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La generación del cambio en la FSA, dividida ante las primarias autonómicas

Adrián Barbón y José María Pérez llevan en sus equipos al relevo en el PSOE asturiano: dirigentes con trayectorias paralelas que ahora se bifurcan

La generación del cambio en la FSA, dividida ante las primarias autonómicas

La generación del cambio en la Federación Socialista Asturiana está dividida por el efecto sacudida de las primarias. La FSA afrontará en su próximo congreso, a celebrar a finales de septiembre, su mayor revolución generacional desde los tiempos de la Transición, hace cuarenta años. Los dirigentes locales y autonómicos llamados a protagonizar ese relevo, la mayoría con edades más cercanas a los 40 que a los 30 años, han visto como en los últimos meses se bifurcaban trayectorias orgánicas hasta entonces bastante parejas.

Compañeros criados en los valores del partido en las Juventudes Socialistas empezaron a escenificar sus diferencias sobre el modelo de partido y sobre los cambios que necesita el PSOE a lo largo y ancho del último año, el más crítico en las filas socialistas desde que arrancó la Transición. La ruptura tomó carta de naturaleza en el polémico y convulso comité federal del 1 de octubre pero las diferencias habían empezado a fraguarse antes con posicionamientos distantes sobre cuestiones centrales como Cataluña, las relaciones con Podemos y el resto de fuerzas de la izquierda y, sobre todo, la encrucijada entre ir a unas terceras elecciones generales o dar paso a la segunda investidura consecutiva de Mariano Rajoy.

Los defensores del "no es no" no vacilaron en hacer suyo el mensaje de Pedro Sánchez que en Asturias contó como primera y principal aliada con Adriana Lastra. La cabeza de lista por Asturias en las elecciones generales no titubeó y junto a la senadora María Luisa Carcedo se afanó en hacer de Asturias una de las "plazas fuertes" del sanchismo, todo un aviso a navegantes en la federación que dirigía el presidente de la gestora, Javier Fernández. En el agitado Comité Federal del 1 de octubre comenzó a emerger la figura de Adrián Barbón como una de las más categóricas voces del sanchismo. Era uno de los doce asturianos con derecho a voto en aquella jornada que ya forma parte de la historia del PSOE, por el punto de inflexión que supuso para toda la organización y por la grieta que abrió en el sector oficial de Asturias liderado por un hasta entonces intocable Javier Fernández.

Adriana Lastra, María Luisa Carcedo y Adrián Barbón no estuvieron solos en aquel órdago: el alcalde de Corvera, Iván Fernández; la exalcaldesa de Langreo, María Fernández y la directora general de Cooperación, Gimena Llamedo, también se hicieron notar en foros diversos, desde la propia ejecutiva regional al comité autonómico pasando por reuniones internas donde proclamaban el cambio de ciclo que se avecinaba en el partido, con la vista puesta en las primarias a la secretaría generales.

La holgada victoria de Pedro Sánchez en Asturias, con una ventaja por encima de la media nacional, situaba al candidato sanchista como claro favorito de cara a las primarias para la secretaría general de la FSA, un cargo para el que hace 17 años que no hay elecciones.

Con el resultado federal todavía reciente, Javier Fernández se hizo a un lado para confirmar que no repetiría como candidato al liderazgo orgánico. Fin del suspense: el padre político no se enfrentaría a ninguno de sus hijos putativos, forjados para la política asturiana a lo largo de su mandato. Llegaba el momento de hacer campaña y configurar el equipo. Adrián Barbón recibió la "bendición" como candidato a la FSA en un acto con la militancia en Llanes, el primero que protagonizó Adriana Lastra como la nueva "número dos" del PSOE. Días después, el alcalde de Laviana confirmó quién le acompañaría en la campaña para ser el próximo secretario general de los socialistas asturianos.

Además de Gimena Llamedo e Iván Fernández, que coordinarán equipo y mensajes, Adrián Barbón contará con el respaldo de alcaldes y secretarios generales hasta ahora fuera del primer plano orgánico como es el caso del regidor de San Martín del Rey Aurelio, Enrique Fernández o de los portavoces de Siero, Roberto Morís, y del de Lena, Daniel Sánchez Bayón o de militantes muy activos en las primarias federales, como el ovetense René Suárez y también de "jóvenes valores" del partido como el portavoz de Cudillero, Carlos Valle o el concejal de Corvera, Jorge Suárez, entre otros en los que se encontraría el exconsejero, Francisco Blanco y la gerente del ERA y también exconsejera, Graciela Blanco.

José María Pérez ha decidido dar el paso a la secretaría general apenas unos días antes de que se abriera el plazo. Da la impresión de que tenía menos camino andado porque a Barbón la intensa campaña de las primarias federales le sirvió de "bautismo de fuego". El portavoz socialista en Gijón pasa de etiquetas y aspira a aglutinar en su equipo a susanistas y patxistas pero también a sanchistas. De las filas susanistas, contará con el respaldo de la diputada Elsa Pérez, la secretaria de Política Municipal en la FSA que estuvo al frente de la delegación oficialista de Asturias en el pasado congreso federal; del diputado autonómico Nino Torre, secretario saliente de las Juventudes Socialistas y del consejero de Presidencia, Guillermo Martínez.

El candidato que lleva la integración como idea fuerza en sus mensajes a la militancia también ha logrado el respaldo y la complicidad de dirigentes y militantes que estuvieron con Patxi López en el proceso federal, caso del director general de Deportes, José Ramón Tuero, y del exjefe de gabinete en la Consejería de Empleo e Industria, Javier Barro. La diputada autonómica Nuria Devesa, la concejal lenense Montserrat Álvarez y la concejal avilesina de Hacienda, Raquel Ruiz, también forman parte de la lista de dirigentes que respaldan al candidato alternativo.

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