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Un cambio atípico en la circulación atmosférica, raíz del verano de extremos

Los expertos relacionan los cambios bruscos de temperatura con un debilitamiento del anticiclón de las Azores que refresca la Península

Un cambio atípico en la circulación atmosférica, raíz del verano de extremos

"Es un verano raro". El vicepresidente de la Asociación de Comunicadores de Meteorología (Acomet), José Miguel Viñas, confirma lo que todos ya sabíamos: que el tiempo está loco y tan pronto pasamos de un calor asfixiante a un frío invernal en pleno mes de agosto. La pregunta es: ¿Por qué? La respuesta hay que buscarla en un cambio atípico en la circulación atmosférica. "El anticiclón de las Azores, que es el que incide sobre la Península, está más débil. Se mueve y eso hace que los frentes fríos se cuelen", explica Viñas, físico del aire y comunicador científico.

Esa visita más frecuente de borrascas, con mayor impacto sobre el norte, explicaría que los termómetros en Asturias aumentasen siete grados en cuestión de una semana. El miércoles pasado, la temperatura máxima fue de 22,1 grados en Castropol y llegó a nevar incluso en los Picos de Europa; ayer el mercurio subió hasta los 28,9 en Tineo. El sol seguirá calentando hoy, aunque los cielos comenzarán a torcerse ya mañana. El anticiclón de las Azores vuelve a bailar, dejando la puerta abierta a las borrascas.

José Miguel Viñas, que estos días disfruta de unas vacaciones en Oviedo, explica que al estar más débil el anticiclón, la corriente en chorro polar (la que separa las masas de aire frías de las cálidas) se ondula y los frentes "se cuelan". Se trata de un fenómeno "poco habitual", aunque "de vez en cuando pasa". No hay una única razón, hay muchas. "Quizá esté relacionado con el deshielo del Ártico", apunta Viñas, que sostiene que "es arriesgado" afirmar que se deba directamente al calentamiento global. "Seguramente sí esté vinculado, pero llevaría tiempo analizarlo con datos", indica.

La "peculiaridad" de este verano, ahonda el meteorólogo, es que las olas de calor están siendo más intensas que otros años. "Estamos teniendo los dos extremos", afirma. Así, España batió este verano su récord de temperatura máxima: 46,9 grados el 13 de julio en Córdoba. Otras seis provincias rompieron estas vacaciones sus marcas de calor: Badajoz (45,4 grados), Cáceres (44,2), Ciudad Real (43,7), Granada (43,5), Jaén (44,4) y Teruel (40,2). El análisis estacional en Asturias, realizado por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), muestra cambios bruscos de temperatura, muy por encima en algunos casos y muy por debajo en otros de los valores medios.

Pese al persistente orbayu de este estío, julio fue un mes muy seco y las reservas de agua en los embalses de Asturias continúan cayendo en agosto. Ahora mismo se encuentran al 83% de su capacidad, después de una semana en la que las reservas disminuyeron un 0,9%, hasta los 443 hectómetros cúbicos. El agua embalsada se sitúa por debajo de la que había almacenada hace un año (454), pero se mantiene por encima de la media de los diez últimos años (411). Esta situación de sequía obligó a numerosos concejos a adoptar medidas especiales, como suspender el riego de jardines en Siero y Oviedo o restringir el consumo de agua en pueblos de Aller y San Martín del Rey Aurelio.

Tras un día, hoy, cien por cien veraniego, los chubascos podrán volver mañana. El sábado también dominarán las nubes, las brumas y las lluvias, a la par que disminuirán las temperaturas. Los cielos mejorarán el domingo.

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