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No habrá paz tras las primarias

Sea cual sea el resultado hoy en la elección de secretario general, se mantendrán vivas las tensiones en el PSOE asturiano

José María Pérez y Adrián Barbón, se saludan. julián rus

El resultado de las primarias socialistas para elegir, hoy, secretario general de la Federación Socialista Asturiana (FSA), difícilmente traerá paz a un fracturado PSOE asturiano. Tanto si Adrián Barbón (que parte como favorito) como si José María Pérez (que mantiene un optimismo que incluso sorprende a los suyos) logran la secretaría general de la FSA, el PSOE asturiano mantendrá viva una fractura que, sustentada en la crisis nacional que supuso la batalla de Pedro Sánchez, entrelaza rencillas personales, ajustes de cuentas pendientes y la confrontación de dos modelos para un Partido Socialista que, en cualquier caso, se verá sacudido por un cambio generacional. Estas son algunas claves para interpretar el mapa político que dibujarán las primarias socialistas.

Participación y porcentaje. Si algo se discute hoy es cuál es la fuerza del "sanchismo" en Asturias (claro vencedor en las primarias federales) y qué capacidad de resistencia mantiene el PSOE tradicional que representa Javier Fernández. Adrián Barbón no duda en abrazar la idea de que representa la prolongación de la ola del nuevo secretario general del PSOE federal. José María Pérez no esconde que supone, en cierto modo, la mayor sintonía con el modelo de partido que hasta ahora ha liderado Javier Fernández. Todo parece indicar que la participación en las primarias para elegir secretario general de la FSA será menor que en las pasadas primarias que auparon a Pedro Sánchez. ¿Cuánto? Ese dato puede ser determinante para la proporción final del resultado. El ganador tendrá clara su victoria, pero el "perdedor" podrá leer en el porcentaje de votos recibidos cuánta fuerza mantiene para las siguientes batalles. Porque que nadie piense que el pulso interno en el PSOE asturiano concluye hoy.

El efecto en el Gobierno. El PSOE mantiene el poder del Ejecutivo autonómico, y las relaciones de la nueva dirección regional del partido con un gobierno que aún encabeza Javier Fernández pueden ser los ingredientes para un cóctel explosivo. La mayor parte de los integrantes del Ejecutivo se han alineado con la candidatura de José María Pérez, por lo que lógicamente admiten que una victoria de Barbón podría causar tensiones en el Ejecutivo. Nadie teme una guerra evidente, sino más bien otra soterrada a causa de conflictos ideológicos latentes entre los "barbonistas" y el gobierno regional. ¿Habrá diferentes criterios en cuestiones de actualidad como el plan de batidas contra el lobo o el uso lúdico de los pantanos? ¿Integrantes con peso de la candidatura de Barbón y que antaño formaron parte del Gobierno cuestionarán la estrategia política en campos como la Sanidad y la Cultura?

La relación con Ferraz. Una victoria de Adrián Barbón establecería sintonía con la dirección federal de Pedro Sánchez, pero si el elegido es José María Pérez habría claras disensiones con el parecer del secretario federal, en especial en el modelo de Estado, lo que sumaría a Asturias al frente de otras comunidades que cuestionan a un PSOE que puede acabar dando alas a las cuestiones identitarias territoriales.

La actitud con Podemos. Será una de las claras señas de cambio en el PSOE y que, a poca habilidad que le eche, tratarán de aprovechar los podemistas: utilizar el relevo en la FSA para tener una actitud negociadora más asumible. ¿Rebajará Podemos sus exigencias para pactar presupuestos o, por ejemplo, la ley de transparencia que está encallada en la Junta? ¿Cómo impondría la futura ejecutiva de la FSA al gobierno los avances que consiga con la formación morada? Esa es una vía más factible con una victoria de Barbón. José María Pérez ha estado en el ojo de las críticas de Podemos desde hace mucho, por lo que esa relación sería más complicada.

La integración. El clima futuro en el PSOE quedará determinado por la capacidad de integración del vencedor. En cualquier caso, el próximo escenario de batalla tras el congreso regional serán los municipios, con especial atención en Gijón, Avilés o Mieres, entre otros. En esa cuestión, el porcentaje que arrojen las primarias puede ser clarificador.

¿Y el grupo parlamentario? Es la gran incógnita. Está dominado por los partidarios de Pérez. ¿Plantearía relevos el equipo de Barbón o se producirán cambios de actitud de diputados o diputadas en caso de una victoria del de Laviana? Está por ver. Permanezcan atentos.

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